Tras entrar a un chat de menores y conseguir contactar con un hombre de 52 años, una reportera haciéndose que se hacía pasar por una chica de 14 años se cita con él. La periodista se excusa para ir al baño y en ese justo instante, el hombre es abordado por otra periodista. Al sentarse a hablar con el presunto pederasta este no huye ni parece ponerse nervioso. “No estoy haciendo nada ilegal”, le dice a la periodista nada más sentarse, alegando que no ha hecho nada con la menor, aunque mantener relaciones sexuales con menores de 16 está tipificado con penas de 2 a 12 años de cárcel.
La conversación va avanzando, y el presunto pederasta le dice que es como una necesidad. “Es como un impulso”, confiesa el pederasta. Además, este también le dice que se olía que pudiera ser una encerrona, por eso pregunta a la periodista que de qué medio es.
Una de las cuestiones que quedaban pendientes es su relación anterior con la otra menor de 13 años. “Sí, sí pasamos la noche y dormimos juntos”, confiesa, además de que la niña estuvo a punto de fugarse con él, algo que finalmente no sucedió ya que los padres amenazaron en denunciar al presunto pederasta por secuestro.
Lo curioso es que él mismo confiesa que si fuera su hija sí que hubiera denunciado. Finalmente éste cuenta que quiere parar. “Esto está ya parado”, le dice a la reportera, pero quién sabe si realmente parara, lo que está claro es que los chat de Internet se han convertido en una nueva forma para los pederastas para contactar con menores.