Para muchas personas, la serie Luz de luna siempre estará unida a Bruce Willis, pero para otros muchos, será Cybill Shepherd en quien piensen al escuchar nombrar esta serie clásica que sedujo a tantos espectadores gracias a su capacidad para mezclar drama, comedia y romance con los casos que investigaban ambos como detectives privados, también gracias a la gran química que compartían frente a la cámara sus dos protagonistas. 

La actriz, que ahora tiene 75 años, fue durante un tiempo una de esas actrices a las que es imposible perder la pista, convertida gracias a sus papeles en el cine y la televisión en uno de los sex simbol del momento, su camino en el mundo de la interpretación estuvo lleno de luces, pero también de sombras, porque su vida no fue un camino de rosas. 

Gran parte del éxito de la serie Luz de luna era la química de sus protagonistas, por eso cuando los capítulos dejaron de girar en torno a ellos por completo, dando cabida a las historias de los personajes secundarios, el éxito de la serie comenzó a descender. Esto sucedió porque sus protagonistas no tenían la mejor de las relaciones, según se dijo en su momento, por el éxito de Willis a raíz de Jungla de cristal. 

Estas diferencias fueron algo que con el tiempo pudieron relativizar, de hecho Cybill participó en el Comedy Central Roast dedicado a Willis en 2018, y no dudó en afirmar que “Nuestros personajes en Luz de luna no estaban demasiado alejados de la realidad: yo interpreté a un ex modelo, algo que yo era, y él interpretó a un gilipollas, algo que es”.

Cuando esta serie llegó a sus manos en 1985, Shepherd ya hacía tiempo que había dejado atrás su carrera como modelo y estaba dedicada al mundo de la interpretación por completo. Había participado en películas no demasiado exitosas entre el público, como La última película (que consiguió ocho nominaciones a los Oscar) o Una señorita rebelde, pero también en otras que le aportaron un gran reconocimiento, como Taxi Driver, también había aparecido en algunas de las series de televisión del momento, como Starsky y Hutch.

Mientras la carrera de Willis despegaba, la suya no parecía correr la misma suerte, aunque no dejó de trabajar. En los 90 protagonizó la serie Cybill, basada en su propia experiencia, pero acabó abruptamente porque, según contó la actriz después, no quiso tener nada con Les Moonves, el productor ejecutivo de la cadena. 

Años después publicaría sus memorias, bajo el título La desobediencia de Cybill: cómo sobreviví a los concursos de belleza, Elvis, el sexo, Bruce Willis, las mentiras, el matrimonio, la maternidad, Hollywood y el impulso irreprimible de decir lo que pienso. En ellas, haciendo honor al título, habló de muchas de sus experiencias de vida y sus dos matrimonios fallidos, el primero de ellos con el empresario David Ford, con quien tuvo a su hija Clementine, con la que coincidió en la serie The L Word, y con el quiropráctico Bruce Oppenheim, con quien tuvo gemelos.

En 2002 fue diagnosticada de un cáncer de piel agresivo que pudo superar, y que no le impidió seguir con su carrera apareciendo en algunas series, aunque de manera episódica y no como personaje recurrente.