Sergio Fanjul, sobre la obsesión y el miedo al paso del tiempo: "Comencé con la cronofobia a los 14"

Sergio Fanjul publica ‘Cronofobia’, donde radiografía nuestra relación con el tiempo y cómo lo convertimos en obsesión
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‘Cronofobia’ no va de relojes rotos ni de viajeros del tiempo, va de algo bastante más cotidiano y, por eso mismo, más inquietante: el miedo a que el tiempo nos pase por encima como una apisonadora mientras fingimos que todo está bajo control. El periodista y escritor Sergio Fanjul se mete en ese vértigo moderno —el de cumplir años, acumular pantallas abiertas y notar que el cuerpo ya no responde igual que la cabeza— con una mezcla muy suya de ironía, observación urbana y mala leche bien administrada. Es un libro que no grita, pero tampoco susurra: te habla al oído justo cuando estabas intentando no pensar en estas cosas.
El ensayo avanza como una conversación inteligente en un bar, de esas en las que se mezclan referencias culturales, vivencias personales y reflexiones que parecen ligeras hasta que te das cuenta de que te han tocado donde duele. Fanjul disecciona la ansiedad temporal que tanto le preocupa y con la que lleva conviviendo desde los 14 años. Una edad en la que el tiempo huye.
“A esa edad yo me empecé a rayar con el tiempo, a darme cuenta de que el tiempo pasa. Algo que es muy evidente, pero a esa edad no tanto”, confiesa el periodista mientras charla con Uppers. “Empecé a pensar cosas como que se puede volver a un lugar, pero no a un tiempo o que el tiempo sólo va en una dirección. Fue ahí cuando empecé con esa mezcla de obsesión y miedo con el tiempo, que es lo que llamo cronofobia”.
Se puede volver a un lugar, pero no a un tiempo o que el tiempo sólo va en una dirección"
Entre Peter Pan y la realidad
En una sociedad que vive acelerada y se niega a aceptar que envejecer es inevitable, esa ansiedad se disfraza con nombres más amables, como el síndrome de Peter Pan. No querer crecer, no querer asumir la edad que toca y seguir comportándonos como si el DNI fuera orientativo. “Desde el punto de vista de la edad, la cronofobia se puede interpretar como no querer crecer o no saber adaptarse a cada etapa”.
El problema es que ahora incluso envejecer tiene que hacerse bien, deprisa y con actitud positiva. “Se nos incita a vivir el envejecimiento de forma activa”, explica Fanjul, “que no deja de ser otra manera de volver a ser joven”. Tener tiempo, dinero y salud para seguir haciendo cosas, como si parar, descansar o asumir límites fuera un fracaso personal. Peter Pan con agenda.
El tiempo es inexorable en su avance y lleva siendo objeto de estudio y reflexión en todas las edades del hombre. Sin embargo, en los últimos tres siglos se ha convertido en una obsesión. “El miedo al paso del tiempo y a la muerte es universal y de todas las épocas. Pero luego otras formas de cronofobia, como el peterpanismo que hablamos, o la desaparición del tiempo cotidiano y el estrés y el ajetreo, o el miedo al futuro que tenemos ahora y tal, eso creo que sí que es cultural y propio de nuestra época”.
Productividad y capitalismo
En el libro, Fanjul también trata la relación entre la obsesión del tiempo y la productividad y el capitalismo. Un combo que ha conseguido que tengamos relojes más precisos y menos tiempo que nunca. “Ahí tenemos una herramienta para medir el tiempo de manera precisa. Pero es que además, junto a la tecnología y los medios de transporte empieza a crearse un tiempo coordinado que une a todos, que mide los horarios y también la productividad. El ser humano se ha ido adaptando al tiempo de los relojes, que no deja de ser otra cosa que el tiempo del capitalismo en el sentido de la producción”.
“Luego hay esta cosa que se llama la paradoja del tiempo, que es la idea de que aunque hemos desarrollado una tecnología para trabajar menos o para ser menos dependientes del reloj, al contrario, al final cada vez trabajamos más, porque la producción cada vez es más exigente”, apunta el autor de ‘Cronofobia’ sobre la relación del hombre con un reloj del que “somos extremadamente esclavos de él aunque la idea era no serlo”.
Esa falta de libertad de la que habla Fanjul también tiene mucho que ver con el ritmo actual y la aparición de nuevas tecnologías que nos hace estar pendientes de todo 24/7. “Una de las libertades que todavía se puede conquistar es la del tiempo. Tener soberanía de nuestro tiempo con jornadas laborales más cortas para poder estar con la familia, con los hijos… o para ir al cine. En definitiva, para vivir mejor”.
Una de las libertades que todavía se puede conquistar es la del tiempo. Tener soberanía de nuestro tiempo
¿Y qué podemos hacer para controlar esa ansiedad que nos produce el tic tac del reloj? “Séneca dijo que lo que nos puede hacer vivir sin ansiedad, es decir, sin cronofobia, es vivir en el presente. No preocuparse por el futuro porque no ha llegado, ni por el pasado porque ya ha ocurrido. Es una idea muy sencilla y también un cliché que se ha repetido en todas las tradiciones y todas las corrientes filosóficas dan la misma respuesta al paso del tiempo, que es vivir centrado en lo que estás haciendo, que es lo contrario a lo que podemos hacer ahora, que estamos con la atención masacrada por los estímulos. El propio funcionamiento del mundo hace que no podamos tener una relación sana con el tiempo”.
Sobre todo a partir de cierta edad como pueden ser los 45-50 años. Y para ello Fanjul concluye esta charla sobre la cronofobia dando su particular forma de luchar contra ella: “Tomarnos las cosas con más calma, que tuviéramos experiencias significativas en la vida, disfrutando de cosas sencillas”. Su receta es sencilla: tomarse las cosas con más calma, disfrutar de lo sencillo y aceptar que cada edad tiene lo suyo. Algo que parece fácil… hasta que miras la hora otra vez.
