¿Es buena idea tomar gazpacho a diario?
El gazpacho es uno de los reyes del verano, sobre todo porque resulta muy refrescante
Por eso muchas personas lo toman habitualmente. Algunas incluso a diario, hasta el punto de llegar a tomarlo en sustitución del agua
Cuando llega el calor del verano toda ayuda es poca para refrescarse. Entre los recursos que utilizamos más a menudo se encuentra el gazpacho, una receta sencilla, fresca y, en principio, saludable, que nos ayuda a combatir las altas temperaturas.
Precisamente su frescura y esa idea de que es saludable, pueden llevarnos a consumirlo con mucha frecuencia y en grandes cantidades. Incluso hay personas que lo toman en sustitución del agua. A continuación analizamos si esta es buena idea o no.
Una receta sencilla
Existen muchas variantes, pero con el tiempo hemos asumido que cuando hablamos de gazpacho nos referimos al gazpacho andaluz. Es decir, al que se elabora básicamente a partir de tomates y otras hortalizas, como pimiento rojo, pimiento verde, cebolla ajo y pepino, junto con un poco de aceite y sal.
Su elaboración es muy sencilla. Basta con preparar debidamente las hortalizas que deseemos añadir (lavar, pelar, cortar, etc.), triturar, y, si lo deseamos, añadir agua o pan para darle la consistencia deseada. No hay que olvidar además, un chorro de aceite de oliva y un poco de sal, ingredientes que contribuirán a darle el sabor característico.
Y aún así, si no podemos o no queremos hacerlo en casa, también contamos con opciones ya preparadas, que se venden listas para consumir.
¿El gazpacho es saludable? La analogía con el zumo de frutas
Como acabamos de ver, en principio partimos de ingredientes que son saludables, así que podemos pensar que el gazpacho lo es. Sin embargo, pueden asaltarnos algunas dudas.
La más importante tiene que ver con la forma en la que se preparan y se consumen las verduras. Como están trituradas, algunas personas hacen una analogía con las recomendaciones que se dan en torno a las frutas y los zumos.
Para quien no lo sepa, la recomendación es la de priorizar el consumo de fruta entera, en lugar de tomar el zumo elaborado a partir de ella. Esto se debe a varios motivos. El primero y más importante tiene que ver con los azúcares: en la fruta se encuentran dentro de la estructura del vegetal, así que se liberan lentamente a medida que lo masticamos, mientras que en un zumo se encuentran fuera de esa estructura, en forma libre, así que los absorbemos más rápidamente. Además, cuando comemos fruta a mordiscos ingerimos más fibra que cuando bebemos el zumo, algo que también contribuye a una absorción más lenta de los azúcares.
Hay otros dos motivos para recomendar la fruta en lugar del zumo. Uno tiene que ver con la masticación: cuando bebemos el zumo no necesitamos masticar, así que no nos saciamos tanto como si comiéramos la fruta a mordiscos. Además, un zumo está elaborado con varias piezas de fruta, así que ingerimos más calorías que cuando la comemos a mordiscos (por ejemplo, un zumo está elaborado con tres naranjas, pero cuando la masticamos solo comemos una pieza).
Todo ello puede favorecer el aumento de peso y el desarrollo de diabetes tipo 2. Por eso, se recomienda limitar el consumo de zumos y priorizar las frutas enteras. Con el gazpacho hay algunos puntos en común, pero también ciertas diferencias.
Los inconvenientes del gazpacho
A diferencia de lo que ocurre con los zumos, el gazpacho no se elabora con frutas, sino con hortalizas, así que apenas contiene azúcares. Por eso su consumo no favorece el desarrollo de resistencia a la insulina o diabetes tipo 2, como sí puede hacer el zumo consumido de forma habitual o excesiva.
Pero hay otros aspectos en los que sí se puede aplicar la analogía del zumo y la fruta. La primera tiene que ver con la masticación: cuando tomamos gazpacho no necesitamos masticar, así que nos saciamos menos que si comiéramos esas hortalizas. Además, ingerimos una mayor cantidad de calorías (por ejemplo, hay más cantidad de tomate en un gazpacho que en una ensalada). A esto último hay que sumar además el aporte calórico del aceite, que en algunos casos puede ser considerable.
Por último, pero no menos importante, hay que tener en cuenta la cantidad de sal, sobre todo si hablamos de gazpachos comerciales. Se considera que un alimento contiene demasiada sal cuando supera el 1,25%. En los gazpachos comerciales, la cantidad de este condimento puede ser muy notable (más del 1% o incluso más de ese 1,25%), así que conviene moderar su consumo.
No es para tomar sin medida
En definitiva, no es lo mismo comer hortalizas que tomar gazpacho. Sobre todo porque este es menos saciante, aporta más cantidad de calorías y puede contener una cantidad considerable de grasas y sal.
Sí es interesante desde el punto de vista nutricional, y se puede calificar de saludable, pero conviene no abusar de su consumo. Y es que, además de lo que ya hemos mencionado, puede desplazar el consumo de alimentos que también son interesantes.
Por último, hay que aclarar que tampoco conviene tomarlo en sustitución del agua, que debe ser nuestra fuente principal de hidratación.