Los yihadistas planeaban atentar contra una librería judía y a grabar una decapitación

La célula yihadista catalana desarticulada esta semana tenía planeado emular los terroristas del Estado Islámicos con una acción sorprendente, secuestrar a una víctima al azar, vestirla con el mono naranja y arrodillarla antes de morir de la peor manera... degollada. Una ejecución que pretendían grabar y difundir para dejar claro que la yihad también se puede hacer en nuestro país... un plan macabro que ideó Alí, el peluquero. También planeó otro secuestro: el de la directora de una sucursal del Banco de Sabadell con el objetivo de financiar a la célula. Otros de sus golpes planeados era atentar contra una librería judía de Barcelona con ayuda de un neonazi también detenido. Del móvilde Alí el peluquero han salido fotos desde distintos ángulos de otros objetivos: el hotel Catalonia Barcelona Plaza, el Servei Catalá de Transit o el centro comercial Las Arenas. Atacar el Parlament también estaba en sus planes. Quería hacerlo usando una furgoneta en la que fueran camuflados con armas largas y granadas, un ataque similar al del Museo del Bardo en Túnez. Un plan que encontró el apoyo del paraguayo converso que según recoge el auto sugirió atacar a los "peces gordos" en referencia a los políticos y que decía a los suyos que "morir en nombre de Alá no duele". El grupo tenía un nombre, Fraternidad Islámica para la predicación de la Yihad, se consideraba una filial del Estado Islámico e incluso habían diseñado un logotipo con una metralleta y un machete que pretendía incluir en las grabaciones de sus atentados.