Haber sufrido un ataque cerebrovascular previo triplica el riesgo de muerte por coronavirus

Las personas que han sufrido un ataque cerebrovascular o ictus deben tener mayor precaución de no contagiarse
Un estudio de instituciones médicas de Cataluña observó que el peligro es mayor en pacientes menores de 60 años
Dicho análisis no ha encontrado diferencias entre hombres y mujeres
Un ataque cerebrovascular sucede cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene. Si el flujo sanguíneo se detiene por más de pocos segundos, el cerebro no puede recibir nutrientes y oxígeno. Las células cerebrales pueden morir, y se produce una daño permanente.
En el contexto de la pandemia actual, un nuevo estudio en España reveló la importancia de que las personas que han superado un ataque cerebrovascular o ictus -más conocido como ACV- deberían adoptar medidas de prevención de manera continua para evitar contagiarse de coronavirus.
MÁS
El estudio fue publicado en la revista especializada Stroke. El equipo de investigadores integrado por Ángel Ois, Elisa Quadrado Ogia, del Departamento de Neurología del Hospital del Mar, en Barcelona, y otras instituciones médicas de España, hicieron el estudio para determinar la asociación entre el ataque cerebrovascular previo y la mortalidad tras la enfermedad por covid-19 según el sexo, los grupos de edad y los subtipos de ictus.
Encontraron que tener menos de 60 años y haber sufrido algún tipo de ataque cerebrovascular incrementa tres veces el riesgo de morir después de padecer el coronavirus. En el caso de las personas de entre 60 y 80 años, este riesgo sigue siendo 1,3 veces mayor que las personas del mismo grupo de edad que no han sufrido un ACV.
Es el primer estudio poblacional sobre la relación entre la mortalidad tras tener covid y al haber sufrido un ataque cerebrovascular antes. La investigación ha contado con profesionales del Hospital del Mar y ha analizado datos de 91.629 personas diagnosticadas con coronavirus en Cataluña entre febrero y julio del año pasado.
Del total de estas personas, más de un 6% sufrieron un ataque cerebrosvascular en algún momento antes del contagio. Dentro de ese grupo, el 30% murió tras sufrir el covid-19, frente al 9% en el grupo de pacientes que no había sufrido un ACV antes de contraer la enfermedad. A todas las personas analizadas se les hizo un seguimiento hasta finales de 2020.
Los expertos piden priorizar a las personas que han sufrido un ACV y tengan menos de 60 años. Según la doctora Elisa Cuadrado, médica adjunta del Servicio de Neurología, autora principal del trabajo e investigadora en el IMIM-Hospital del Mar, los datos indican que se incrementa la mortalidad, ya que en el caso de infección es más probable que esta sea más grave a nivel respiratorio. Una de las hipótesis que se manejan es que las personas que han tenido un ACV pueden tener más problemas para ventilar o tragar.
Los investigadores también han determinado que el riesgo de mortalidad es mayor cuando el ataque cerebrovascular se ha sufrido de forma reciente. En casos de ACV transitorios, más leves y que pueden provocar menos secuelas, no se ha detectado un incremento del riesgo de mortalidad.
Mayor riesgo en personas menores de 60 años
El trabajo concluye que, contrariamente a lo que se podía esperar, el riesgo es mayor en el colectivo de personas más jóvenes que han sufrido un ACV, las menores de 60 años. También es alto en el grupo entre los 60 y los 70 años, y no es significativo en las de más de 80 años, seguramente debido a que sufren otras enfermedades crónicas. Sin embargo, no se han encontrado diferencias entre hombres y mujeres.
Las personas menores de 60 años que han sufrido un ataque cerebrovascular tienen mayor riesgo de sufrir por covid-19. A su vez, el riesgo es mayor si se ha sufrido previamente un ataque hemorrágico o una hemorragia subaracnoidal, hasta cinco veces mayor entre los más jóvenes.
El doctor Pablo Bonardo, médico neurólogo especialista en Enfermedades Cerebrovasculares y Responsable del equipo de Ataque Cerebral del Hospital Británico, explicó: "Cuando hablamos de ACV hablamos de que hay una pérdida súbita del flujo de sangre al cerebro. Hay dos grandes tipos de ACV: por obstrucción de una arteria (isquémico, que constituye el casi 85 % de los casos) o por ruptura de la misma lo que originando un sangrado (hemorrágico). El tejido cerebral deja de recibir el necesario de oxígeno para que sus células vivan. Para poder conocer y confirmar qué tipo de ACV se trata, se requiere de la realización de estudios por imágenes de alta complejidad del cerebro y de la circulación arterial".