El sicario del concejal de Llanes confiesa que cobraron más de lo pactado tras la muerte de Ardines
Llegaba derrotado al juzgado. Dispuesto a contarle a la juez todo lo que había confesado a los investigadores. Les había dicho que al enterarse de que la UCO se ocupaba del crimen tuvo la certeza de que no tendría escapatoria. A su abogado se los trasmitió así; “tenía el agobio desde hace semanas de que estaban pillados y cuando le detuvieron se planteó la mejor opción, una confesión”. Por eso habló. Aunque influyó el hecho de que la juez había dictado un auto, excepcional, de incomunicación que le impidió hablar con su abogado antes de declarar con los agentes de la UCO y con la juez.
El sicario relató cómo les contrataron en una reunión en la que estaban con él, Pedro Nieva, el inductor, el mediador, Jesús, y su compinche huido y detenido en Suiza. Les ofrecieron una cantidad por dar un susto al concejal de Llanes. Lo planificaron y lo intentaron a principios de agosto, pero Javier Ardines esquivó las dos vallas del camino. El día que lo consiguieron, pusieron más vallas y cerraron el paso. Ardines bajó del coche y él le roció la cara con el gas pimienta. Le golpeó dos veces con el palo de una herramienta. Pero asegura que no le estranguló y que lo dejó vivo. Su colega argelino tardó unos minutos en regresar el coche y cree que le golpeó más veces con un bate de béisbol. Se marcharon, explicó, pensando que estaba con vida. Pero al descubrir en los periódicos la muerte del concejal, exigieron más dinero en otra reunión con Pedro Nieva y su amigo Jesús. Así llegaron a los 25.000 euros; el mediador había cobrado 10.000.
El sicario no estaba situado en la escena del crimen por el móvil, como su compinche que sí llevaba activo su teléfono, pero si su monovolumen. Tirando del hilo de los teléfonos que había a las 6 AM en la zona y de las cámaras que grabaron el coche del sicario fueron poniendo piezas en un puzle que pronto encajó con lo sentimental. Los secretos del móvil del concejal llevaron a Katia y a su marido celoso desde hace meses. Cuando centraron el círculo fueron escuchados hasta cerrarlo y reunir todas las pruebas. En los registros de la vivienda del sicario hallaron hasta el bote de gas pimienta compatible con los restos que había en su coche, en las vallas y en el cuerpo de Ardines.
El autor intelectual del crimen, Pedro Nieva ha guardado silencio todos estos días, esperando conocer los detalles del sumario, las pruebas. Ayer se levantó el secreto a las 00:45 de la madrugada pero después de su declaración de apenas 6 minutos para negarlo todo. Jesús, su amigo y mediadador prefirió no declarar.