Confirman la muerte de Romina como el primer asesinato por violencia machista del año
Romina sufría malos tratos incluso antes de su boda
La familia no creía el relato de su marido
Minuto de silencio por Romina la primera víctima de la violencia de género del año. El caso se ha confirmado ahora porque estaba bajo investigación. Las pruebas definitivas de criminalística son contundentes; la sangre encontrada en el baño, la cama y de arrastre en la escalera de la vivienda, confirman que Romina fue asesinada y no murió como relató su marido en la reconstrucción, por un sobredosis de pastillas. En esa declaración explicó que al verla muerta por suicidio se asustó, y decidió quemar el cuerpo para descuartizarlo y tirarlo al más. La abogada de la familia Emilia Zaballos lo ha dicho hoy en el juzgado, “las pruebas demuestran que miente”.
La versión de Raúl no era creíble para los investigadores pero había que demostrarlo. El presunto asesino compró la sosa con la que limpió la sangre pero los perros de la Guardia Civil la encontraron. Preparó una estrategia durante días y mientras quemaba el cuerpo para desperdigarlo por el mar, borró sus andanzas con el móvil hasta después el día de la muerte, el último del año. Luego le mando un mensaje ficticio a Romina cuando ya estaba muerta y habló con la familia. En esas conversaciones decía que iría a la Guardia Civil y que la había buscado. No era cierto. Raúl iba todos los días a un club a ver a la misma prostituta.
Buscó abogado, llamó a su primo policía con su versión de la muerte accidental y se entregó cuando fue a denunciar la desaparición pensando que no ingresaría en prisión. Pero tenía arañazos de la pelea, la cámara lo grabó, los testigos lo contaron y fueron decisivos los mensajes de la propia Romina que ya avanzó informativos Telecinco explicando las palizas que recibía. Los aportaron los que más sabían de los malos tratos, los padrinos de la boda. Romina recibió una paliza de muerte dos días antes de su asesinato. Pero no fue la única. Comenzó antes de la boda, el día anterior y a pesar de eso se casó. Luego siguieron más palizas en las que Romina buscaba refugio en casa de su amiga, madrina de la boda. La cuidaba durante semanas. Golpes por todas partes y collarín, episodios que también conocía en Madrid su “tía” Ana. Hoy ha declarado todos esos malos tratos que refuerzan la tesis del asesinato machista.