Los abuelos del niño superviviente de Adeje no pueden viajar a verle porque no han superado el shock tras el crimen

Le acusan de asesinar a su mujer y a su hijo mayor, y de intentarlo con el pequeño, pero él no ha colaborado en ningún momento. Thomas no quiso declarar con la Guardia Civil y no lo ha hecho ante la juez. Solo ha hablado para insistir en que tenía que tomar una medicación que estaba en su casa, en Adeje, Tenerife. Y hasta allí ha vuelto escoltado antes de ingresar en prisión.

Lo único que dijo a los guardias cuando lo detuvieron es que había dejado a su familia en el monte de excursión; una excursión que resultó ser un macabro plan. Les engañó para ir a una recóndita cueva con la promesa de regalos de Pascua. Todavía se aprecian en el lugar los restos del brutal ataque. Allí encontraron los cadáveres de la madre y el hijo de 10 años, con fuertes golpes en la cabeza, seguramente con dos fuerzas.

La jueza ha escuchado también a dos testigos: Rosi, la mujer que encontró deambulando al pequeño superviviente de la familia; y Annelies, la mujer que hizo de intérprete y consuelo del niño, y que durante cinco horas, en su casa y junto a su marido, escuchó de su boca el relato de los hechos. “Vio cómo agredió muy fuerte a su madre”. “El niño fue superinteligente. Le tiró una piedra al padre y salió corriendo”. “Me dijo, ‘para mí, más vale vivir que los regalos de Pascua’. Me llegó al alma”, ha contado Annelies.

El pequeño es un testigo crucial para la investigación. Sus abuelos maternos no pueden viajar desde Alemania: no han superado el impacto emocional del asesinato de su hija y su nieto.

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