La jueza que procesa a la manada de Callosa define la violación de “un carácter degradante, denigrante y ultrajante”

Mantiene la prisión provisional para los cuatro acusados y les requiere sendas fianzas de 15.000 euros
Los cuatro acusados, llamados la manada de Callosa, seguirán en prisión provisional y tendrán que aportar una fianza de 15.000 euros para cubrir las posibles responsabilidades civiles. Lo ha decidido la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 4 de Villajoyosa (Alicante) que mantiene el procesamiento los cuatro jóvenes investigados por agresión sexual en grupo a una chica en Callosa d’en Sarrià el 1 de enero del pasado año.
La jueza ha decidido mantener la situación de prisión provisional de los cuatro procesados con edades comprendidas entre los 18 y 24 años, según fuentes de los juzgados de Alicante. Todos están siendo procesados por presuntos delitos de agresión sexual agravados con abuso de superioridad y trato vejatorio.
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A las pruebas contra los supuestos violadores se suman varios vídeos grabados por los propios acusados, que según la jueza son de “un carácter degradante, denigrante y ultrajante”. Las fuentes judiciales, indican que, alos anteriores delitos se le suma además, la de que cada uno de ellos sería cooperador necesario de los presuntos delitos cometidos por los otros tres.
La víctima no tenía "ningún control sobre sí misma"
En las imágenes grabadas por los acusados con los teléfonos móviles se aprecia que la víctima “no tiene ningún control sobre sí misma” y “no es capaz de moverse o de erguir siquiera la cabeza”, únicamente emite alguna “queja ahogada”. Llega a decir que no en varias ocasiones, según detalla el auto. Además las grabaciones muestran cómo los cuatro procesados la agreden sexualmente mientras hablan y se escucha incluso alguna risa.
En otras imágenes se observa a la víctima con varios de los acusados en el interior de un coche desde el que se trasladaron desde Benidorm a Callosa d’en Sarrià, bebiendo un chupito que le dan y siendo “dirigida” por ellos en todo momento. “No queda lugar a dudas de la absoluta falta de control de la víctima sobre su propia persona”, resume la instructora.
La presunta agresión sexual tuvo lugar en local propiedad de la familia de uno de los investigados. Un familiar de este sorprendió al grupo durante la violación y avisó a la Policía.