El tango que Martín Caparrós escribió para dar una lección en el Congreso de Periodismo de Huesca

'Che, Huesca', un tango escrito por Caparrós y cantado por la Inteligencia Artificial. Uppers
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"Voy a hablar poco. Tengo una sorpresa", dijo Martín Caparrós. Había llegado a Huesca desde Madrid en el tren del miércoles por la noche, con la primera oleada de asistentes al XXVI Congreso de Periodismo que empezaba hoy en la ciudad aragonesa, y tendrá mañana su jornada de clausura. El periodista es el ganador del premio que otorga el Congreso, el 'José Manuel Porquet', que desde hace 24 años distingue a aquellos profesionales que, con su trabajo, defienden la libertad de prensa y contribuyen a la comprensión de la información en la sociedad. Caparrós se lo llevó este año por una crónica necesaria y muy cruda sobre la vida de las personas con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que él padece, y que en España afecta a cerca de 4000 personas. La crónica, titulada 'La condena', fue portada de El País Semanal hace poco más de un mes.

Pero a la hora de recibir el premio, Martín Caparrós no habló de la enfermedad ni de las dificultades de padecerla. No habló de la dura agonía que enfrentan él y todos los consultados para el extenso reportaje que recibió el prestigioso premio. Habló poco, como había anticipado en la cena de bienvenida, porque la sorpresa que tenía preparada decía ya muchas cosas de "otra forma", "con otra voz", tal como dijo antes de dar play a una canción. Era un tango, al que llamó 'Che, Huesca', y que al ritmo del 2x4 cantaba las aventuras y la esencia de un encuentro de periodistas que ya lleva más de un cuarto de siglo entre reflexiones, debates, ideas, propuestas, testimonios, diálogos que buscan orientar el quehacer de los que informan.

"Yo me acuerdo de un congreso donde con sesos y besos, palabras y otros excesos, fuimos curtiendo el pellejo, entre periodistas viejos, entre periodistas buenos", empezaba el tango que luego agradecía los aprendizajes que ha dado el encuentro con unas líneas muy elogiosas: "Huesca nos enseñaste tanto en todos estos años de charlas y charlitas. Huesca, fogón de sibaritas de la palabra escrita, de la palabra dicha". También se refería a su premio y echaba en cara con modestia el "error" del jurado al adjudicárselo: "Gran error, gran alegría ver que amigos y colegas recibieron como buena la historia de la condena que contó este gil sin voz, al que llaman Caparrós, los que no llaman Martín, en este tango sin fin".

El público acompañó con palmas el momento tanguero, pero sobre todo con emoción. Maestro de muchos y leído a diario por gran parte de los presentes, tenerlo en el escenario era un privilegio. Más aún si, lejos de dar "largas parrafadas", como un premiado más, había preparado una performance. Porque lo que vino después del tango fue un mensaje del todo apropiado para aportar una mirada a un debate que atravesó toda la primera jornada del Congreso y dejar una lección. Martín aclaró nada más terminar la canción que él solo había escrito la letra. Luego, con una herramienta de inteligencia artificial, había conseguido "en 2 minutos", la música y la voz cantada con una naturalidad pasmosa.

"Creo que es una buena manera de pensar en qué vamos a hacer en este mundo donde este tipo de recursos abundan cada vez más", explicó. "Hay mucha gente que se siente amenazada y tiene una visión apocalíptica de lo que va a ser de nosotros frente a estos avances de la técnica. Y yo, con esta canción, quería decir que me parece que esto nos abre puertas y puertas, y más puertas. Y que, de lo que se trata, es de aprender a manejarlas para un objetivo que valga la pena ser alcanzado. No hay que tenerle miedo a las posibilidades que nos ofrece la técnica. Hay que ser muy cuidadosos en para qué se usa. Estamos frente a herramientas cada vez más sofisticadas que nos piden que nuestro trabajo también lo sea. Que sea cada vez mejor".

Una trayectoria de más de 50 años

Caparrós no habló de sí mismo, habló de periodismo. Para hablar de él, estuvo Gumersindo Lafuente, periodista y amigo de Martín desde hace años, y un infaltable en el Congreso de Huesca que en esta ocasión tenía el encargo de presentar el premio Porquet. Le dieron, según contó, tres minutos para sintetizar más de 50 años de trayectoria, una vida que por cierto está detallada en las memorias de Caparrós 'Antes que nada', que tienen más de 600 páginas. Pero Gumersindo consiguió resumirlo eligiendo muy bien sus palabras. "Martín Caparrós recorrió el mundo pegado siempre a los grandes temas que, a veces, se cuentan mejor con historias pequeñas. Y muy pronto el papel de los periódicos se le quedó estrecho", dijo para luego enumerar algunos de los libros más destacados del autor: 'La voluntad', 'El hambre', 'El interior', 'Ñamérica'.

Lafuente también habló del reportaje que ganó el premio. Recomendó escucharlo en la versión en audio de la crónica, que está narrada por el propio Caparrós y dijo: "Martín se enfrenta a una situación inédita. Es narrador y protagonista a la vez. A lo largo de su carrera hizo muchas entrevistas. A millonarios, a delincuentes, a condenados a la pena capital en el corredor de la muerte, a personas que vivían en la miseria. Él, como periodista, luego volvía al hotel y seguía con su vida. Esta vez no. Él era, es, uno más ante la ELA".

Para terminar, una reivindicación de la rebeldía en el oficio, algo que ha caracterizado a Caparrós: "Martín siempre ha sido rebelde, incómodo. Nunca dejéis de serlo. El poder está deseando que nos rindamos", dijo a los estudiantes de periodismo que llenaban el auditorio.