No es la primera investigación ni la primera noticia sobre el peligro que supone el calentamiento global para este tipo de especies. Sin ir más lejos y en España, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) elaboró una 'lista roja' de especies amenazadas con el objeto de llamar la atención a las autoridades para que tomaran las medidas con el objeto de mantener la biodiversidad.
Financiada principalmente por la Comisión Europea, la lista se divide en unos 6.000 anfibios, reptiles, mamíferos, mariposas y libélulas en peligro y clasifica su estado desde los que despiertan una preocupación menor hasta los ya declarados extintos. Los lagartos y las lagartijas aparecían en las posiciones cabeceras. No es una casualidad.
Muchos científicos vienen desde hace tiempo alertando del desequilibrio natural que podría provocar la desaparición de predadores como las lagartijas en determinados entornos, como puedan ser los bosques tropicales. Es en zonas como estas donde los efectos del calentamiento global se sienten con más fuerza: cualquier ascenso leve de las temperaturas provoca profundos cambios: de no contar con este tipo de animales, podría haber consecuencias de tipo ecológicas y relativas a la alimentación, provocando una alteración de la cadena alimenticia: ¿quién se comerá entonces a determinados insectos? Las consecuencias pueden llegar a escapar a nuestra imaginación.