No sólo existe la típica calabaza de color naranja y con forma esférica. Hay muchos tipos de calabazas: alargadas, verdes por fuera, con salientes… Pero todas tienen algo en común, son muy fáciles de cocinar. Además nos aportan muchas cosas:
1. Nos ayuda a perder peso
Gracias a su alto contenido de agua, la calabaza tiene muy pocas calorías lo que facilita la pérdida de peso. Además, tienen grandes cantidades de fibra, que consiguen que nos saciemos antes y que nuestro proceso digestivo sea más rápido. Un puré o crema de calabaza conseguirá que eliminimos de una manera eficaz todas las toxinas y sustancia de desecho del organismo.
2. Protege la vista y la piel
La calabaza tiene grandes cantidades de beta-carotenos, fundamentales para mantener unas mucosas en perfecto estado. Estas cantidades de Beta-caroteno se deben a su color naranja y hará que conservemos una vista perfecta, además de tener una piel radiante y libre de imperfecciones. Una sola taza de calabaza contiene más del doble de beta-carotenos que necesitamos diariamente para mantener una vista perfecta.
3. Fortalece el sistema inmunológico
El organismo se encarga de convertir los beta-carotenos en vitamina A, lo que refuerza el sistema inmunológico celular, ya que se trata de un antioxidante natural. Sin olvidarnos de sus pipas, que son muy buenas a la hora de eliminar y acabar con parásitos intestinales.
4. Controla el nivel de azúcar en la sangre
Es un aliado a la hora de evitar el exceso de glucosa en sangre. Esto es debido a que la ingesta habitual de calabaza hará que nuestro organismo mejore la tolerancia a la glucosa, además de ayudarnos a aumentar los niveles de insulina en sangre. Es por ello que se puede considerar un amigo en la dieta de personas con niveles de azúcar altos o diabéticos.
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