Sevilla retira los patinetes de alquiler: el ayuntamiento suspende el servicio tras el 31 de julio
El Ayuntamiento de Sevilla elimina los patinetes eléctricos de alquiler desde el 1 de agosto, al no renovar los contratos con Reby y Bolt
Una nueva convocatoria regulará el servicio con más control y zonas de estacionamiento definidas, tras múltiples quejas y uso indebido
A partir del 1 de agosto, los patinetes eléctricos de alquiler desaparecerán de las calles de Sevilla. El Ayuntamiento, gobernado por el popular José Luis Sanz, ha decidido no prorrogar los contratos con las dos empresas operadoras actuales: Reby y Bolt. Esto supone el fin inmediato del servicio, que lleva en funcionamiento desde 2021.
Según el Consistorio, el sistema actual “no cumple con los objetivos” marcados. La decisión se toma tras una evaluación técnica del servicio, que ha revelado problemas de estacionamiento descontrolado, uso indebido en aceras y dificultades para una movilidad segura y ordenada. El Ayuntamiento asegura que está trabajando en una nueva regulación que permita una futura reimplantación más eficaz y sostenible.
Se prepara una nueva convocatoria
Desde el Área de Movilidad se ha anunciado que se está preparando una nueva licitación, con condiciones más estrictas, para seleccionar empresas con mejor control tecnológico, trazabilidad y respeto al espacio público. Aunque no hay fecha concreta para el regreso de este sistema, se prevé que será con un número limitado de vehículos, zonas de aparcamiento específicas y sanciones automáticas por incumplimientos.
Reacciones ciudadanas y empresariales
La medida ha generado reacciones divididas. Algunos vecinos y asociaciones de personas con movilidad reducida celebran la retirada por los riesgos y obstáculos que suponían los patinetes en aceras y pasos de peatones. Por otro lado, usuarios habituales lamentan perder una opción de transporte rápida, económica y ecológica, especialmente en zonas donde el transporte público tiene menos cobertura.
Un debate sobre la movilidad del futuro
Sevilla sigue así los pasos de otras ciudades que también han revisado o restringido este tipo de servicios. La retirada no significa un adiós definitivo, sino una pausa para redefinir el modelo. El Ayuntamiento insiste en que su objetivo es impulsar una movilidad sostenible, pero sin sacrificar la seguridad, el orden y la accesibilidad urbana.