Vuelven las casas de paja
Ana Serrano
30/11/201309:00 h.La paja es buena aislante de ruido y de calor, y representa buenas condiciones para vivir. Además, como excedente de cultivo, es un material ecológico de gran valor. Una bala de paja cuesta entre 1 y 2 euros, por lo que además es muy económico. A la hora de construir con balas de paja se mira mucho la seguridad, el terreno y, como toda construcción, necesita de licencia. Además debe pasar un código técnico para su posterior utilización.
Alemania y Francia fueron pioneros en introducir las casas de paja en 1896, año del que data la primera construcción que tuvo lugar en Nebraska. La casa más antigua actualmente se encuentra en Francia y data de 1921. A partir de este año se consideraron en desuso, pero fue a partir de los años 70 cuando se desarrollaron nuevos sistemas de construcción.
La UE ha aportado un total de 1,6 millones de euros a "Eurocell", un proyecto que asienta las bases de la utilización de balas de paja como material de construcción a través de un método pionero ideado en la Universidad de Bath (Reino Unido). El proyecto, respetuoso con el medio ambiente, servirá para obtener la certificación comercial como paso previo a su introducción a gran escala en el sector de la construcción. El sistema, patentado bajo la marca ModCell, aprovecha las capacidades de aislamiento térmico de las balas de paja para crear paneles prefabricados y los paneles de ModCell poseen una estructura de carpintería rellena de balas de paja y recubierta con un material transpirable basado en la cal.
Reduce las emisiones de carbono
Según aseguran los creadores de este producto, el resultado reducirá considerablemente las emisiones de carbono procedentes de edificios nuevos, gracias al ahorro logrado durante su construcción y su posterior mantenimiento, ya que los inmuelbles generan cerca del 50 por ciento de las emisiones mundiales. De esta manera, el equipo confía en reducir el impacto carbónico de los edificios de nueva planta en un ochenta por ciento en comparación con los sistemas de construcción actuales. Además del ahorro carbónico, el empleo de un subproducto agrícola como la paja reduce la dependencia de materiales no renovables.
El proyecto finalizará en agosto de 2014 y la parte técnica del mismo ha resultado todo un éxito. Ahora el equipo trabaja para superar los obstáculos que se interponen a la certificación de los materiales para que puedan ser utilizados con profusión en la industria de la construcción. Son viviendas e inmuebles asequibles y eficaces desde el punto de vista energético, estructuras más saludables en las que vivir y suponen además un incremento de la creación de empleo.