21 años de Facebook: ¿puede sobrevivir en la era TikTok o es sólo cosa ya de boomers?

La plataforma aún cuenta con más de 3.000 millones de usuarios activos mensuales, pero cada vez tiene menos influencia entre los jóvenes
Meta ha decidido apostar por relajar las políticas de control sobre los contenidos y por más incentivos para los creadores
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Facebook cumple 21 años en los que ha pasado de ser la primera red social del mundo y conectar a millones de personas a quedarse en cosa de boomers. Hace poco más de diez años, la proporción de adolescentes que la usaban era del 71%. Actualmente es del 32%, según el informe de Pew Research: Teens, Social Media and Technology 2024. Aunque se mantiene dentro de la poderosa estructura de Meta, la plataforma cada vez tiene menos influencia entre los jóvenes, que prefieren Instagram o TikTok. Más grave aún, su reputación ha quedado gravemente comprometida en el difícil equilibrio entre la libertad de expresión y los contenidos tóxicos, bulos y discriminatorios.

A Facebook se le nota la edad, al igual que es muy visible cómo ha ido desviándose de su objetivo inicial: servir de espacio para reunir a la gente y mantenerse en contacto. Sí, sigue contando con más de 3.000 millones de usuarios activos mensuales, un tercio de la población mundial, pero hoy hay más anuncios patrocinados que publicaciones de tus amigos de verdad, y proliferan los artículos de noticias falsas y teorías de la conspiración.
Sin verificadores externos
Hace unas semanas Mark Zuckerberg anunciaba un completo cambio en su política de moderación de la plataforma: prescindir de los verificadores externos para dejar esa labor en manos de la propia comunidad. "Intenta parecer una alianza, cuando no hay más que un cierto sometimiento a la voluntad de Trump", explica Alexandre López-Borrull, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
En realidad, Facebook ya sufrió un importante daño reputacional con el primer triunfo de Donald Trump por el papel que presuntamente jugaron las noticias falsas en su elección. Pero el declive ya venía de antes, cuando las generaciones más jóvenes empezaron a decantarse por Instagram o Snapchat como su nuevo epicentro de comunicación. La situación actual podría verse como una réplica de aquella primera crisis, una nueva tormenta perfecta, pero ¿qué opinan los expertos?
A vueltas con la reputación
El profesor López-Borrull apunta que este cambo hacia políticas de moderación más laxas podría tener un menor coste reputacional y, sobre todo, en pérdidas de usuarios, que mantener una política de control de contenidos más firme, porque existen alternativas, como Telegram o X, donde las restricciones son menores. "Ser el distinto era lo que podía alejarles de una situación de centralidad", añade.
"No parece que la mala reputación vaya a quitar el sueño a Zuckerberg", subraya Ferran Lalueza, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. "Sin embargo, el deterioro de los contenidos y el incremento de la toxicidad podrían ahuyentar a muchos anunciantes de sus redes sociales, también de Instagram, y eso sí que resultaría doloroso para el propietario de Meta", indica.
La relajación de las políticas de contenidos podría impulsar "un aumento de los discursos de odio y de las noticias falsas", advierte Alexandre López-Borrull. ¿Alguien dijo libertad de expresión? "Es un derecho esencial en toda sociedad democrática, pero no debería jamás convertirse en un cheque en blanco para promover discursos de odio ni para manipular a través de la desinformación", sostiene Ferran Lalueza.
Un ecosistema en evolución
Paradójicamente, la nueva realidad puede reforzar el papel de las empresas de redes sociales en la sociedad. "Desde el punto de vista empresarial, moderar los contenidos no beneficia los intereses económicos de estas plataformas. Liberarse de esta obligación moral, social o legal, pues, puede convertirse en una ventaja competitiva", asegura Ferran Lalueza. "Por lo que se ve, los algoritmos, al menos en X y otros sitios, favorecen el ruido y a Trump", advierte Alexandre López-Borrull.
Lo cierto es que el ecosistema de las redes sociales sigue muy vivo, y a falta de que el futuro de TikTok se dirima, los próximos meses podrían desembocar en una interesante reconfiguración de este mundo. Meta ya está moviendo ficha al respecto y pagará a creadores de contenido de TikTok (4.800 euros en 90 días) por publicar en Instagram y Facebook. "En el contexto actual, la gran batalla entre plataformas no se libra por los usuarios, sino por los creadores de contenido. Al fin y al cabo, son ellos los que actúan como atractores de audiencias masivas y, por tanto, de beneficios millonarios", concluye el profesor Lalueza.

