Descubren que todos tenemos un 'sexto sentido' que podríamos dominar con la práctica

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Descubren que todos tenemos un potencial 'sexto sentido' como el de Daredevil. 'Daredevil' en Disney+
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En los cómics de 'Daredevil', su protagonista es ciego debido a un accidente que le dejó sin la vista pero que agudizó sus otros sentidos (oído, olfato, tacto y gusto) a niveles sobrehumanos. Así, su cerebro procesa una gran cantidad de información obtenida de esos sentidos amplificados que le permiten percibir lo que ocurre a su alrededor en 360 grados, al igual que los murciélagos o los delfines. Es decir, no ve nada pero no le hace falta porque lo percibe todo. Pues bien, ahora sabemos que este superpoder de ciencia ficción o 'sexto sentido' podría estar al alcance de todo el mundo.

Una investigación reciente sobre el cerebro, publicada en 'Cerebral Cortex', ha revelado precisamente que los seres humanos poseen una capacidad sensorial conocida como ecolocalización que puede desarrollarse con práctica y que cualquiera, sin importar su edad o condición, puede llegar a dominar.

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Esta técnica, similar a un sonar y utilizada por ciertas especies animales para moverse y orientarse en la oscuridad, consiste en emitir sonidos y analizar el eco que rebota en su entorno para construir una imagen mental del espacio que les rodea. Lo sorprendente es que los humanos también pueden hacerlo, sin necesidad de ser invidentes pero con el debido entrenamiento.

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Aprender a ecolocalizar en diez semanas

La investigación, desarrollada por las universidades de Durham y York en el Reino Unido, demostró que tanto personas ciegas como videntes pueden aprender a ecolocalizar en tan solo diez semanas. El equipo de trabajo, bajo la coordinación de la neurocientífica Lore Thaler, entrenó a 12 participantes ciegos y 14 videntes durante sesiones de dos o tres horas, dos veces a la semana.

Durante diez semanas, realizaron 20 sesiones de entrenamiento que consistían en moverse por espacios tanto reales como simulados, emitiendo chasquidos con la lengua y analizando el eco con el oído o recorriendo laberintos virtuales usando clics simulados. No se utilizó ninguna tecnología especial, solo su propio cuerpo.

Los investigadores realizaron resonancias magnéticas antes y después del entrenamiento para observar cómo reaccionaba el cerebro al nuevo aprendizaje. Descubrieron que la corteza visual primaria, la zona que normalmente procesa las imágenes que vemos con los ojos, se activaba al escuchar los ecos. Lo que significa que el cerebro, al no recibir información visual, redirige su recursos y aprende a convertir los sonidos en mapas espaciales.

Es cierto que en el caso de las personas ciegas se detectó un aumento de materia gris en la corteza visual, lo que indica una reorganización más profunda del cerebro. Pero tanto los que eran invidentes como los que no fueron capaces de modificar la forma en que su cerebro procesa la información. La investigación desafía así la creencia de que el cerebro humano necesita haber experimentado una pérdida sensorial para desarrollar esta flexibilidad o 'neuroplasticidad'.

Una poderosa herramienta sensorial

Así, con la guía adecuada, la ecolocalización puede convertirse en una herramienta sensorial poderosa, no solo mejorando la independencia y la capacidad de exploración de personas con discapacidad visual, sino abriendo nuevas posibilidades para el desarrollo de terapias de rehabilitación, e incluso para la mejora de nuestras habilidades cognitivas en general.

De momento, nada de esto ha pasado del nivel experimental pero, según el estudio, no se necesitaría ningún don especial ni condiciones previas. Simplemente se trata de una habilidad que cualquiera puede desarrollar con mucha dedicación, al igual que aprender a tocar un instrumento o a hablar otro idioma.