Psicología

Estudio revela que las parejas tienen mayor probabilidad de compartir las mismas enfermedades mentales

Dos que duermen en el mismo colchón... pueden desarrollar el mismo trastorno psiquiátrico. Freepik
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Hay un refrán español que dice que “dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición”, haciendo referencia a la influencia que ejerce el vivir juntos durante un tiempo prolongado y cómo esto acaba haciendo que haya un pensamiento, modo de ver la vida o actitudes que acaban por mimetizarse. Sin embargo, parece que esto iría más allá porque un estudio ha demostrado que incluso hay una mayor posibilidad de compartir ciertas enfermedades mentales.

Compartiendo enfermedades mentales

Según un nuevo estudio publicado en Nature Human Behaviour, que ha utilizado datos de casi 15 millones de personas en Taiwán, Dinamarca y Suecia, recopilados en registros gubernamentales. La muestra, a pesar de abarcar varias culturas, mostró que en líneas generales las personas eran más propensas a casarse con una pareja con la que comparten el mismo diagnóstico psiquiátrico.

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También se tuvo en cuenta un abanico por edades para demostrar cómo ha ido cambiando esta tendencia, si es que lo ha hecho con el paso de las décadas. El resultado en este caso es que la probabilidad de que las parejas casadas compartieran un diagnóstico de enfermedad mental aumentó cada década, desde la década de 1930 hasta la de 1990, especialmente en los trastornos relacionados con el uso de sustancias.

“Encontramos que la mayoría de los trastornos psiquiátricos tienen correlaciones conyugales consistentes entre naciones y generaciones, lo que indica su importancia en la dinámica poblacional de los trastornos psiquiátricos (…) Existe evidencia de correlaciones positivas entre cónyuges, independientemente del país y la generación, durante los últimos 90 años”.

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En cuanto a los trastornos mentales que se han tenido en cuenta, han sido esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), autismo, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), trastorno por uso de sustancias y anorexia nerviosa. Solo el TOC, el trastorno bipolar y la anorexia nerviosa mostraron patrones diferentes en todo el mundo. “El principal resultado es que el patrón se mantiene en todos los países, culturas y, por supuesto, generaciones”, explica Chun Chieh Fan, coautor del estudio.

Este estudio, gracias a su gran y diversa muestra de datos, viene a corroborar algunos estudios anteriores de registros de matrimonios a pequeña escala que también informaban de similitudes conyugales para varios trastornos y rasgos psiquiátricos relacionados. Se necesitaba una comparación más amplia basada en la población entre culturas y generaciones para evaluar lo extendido que estaba este fenómeno y ahora la tenemos disponible.

Hay que tener en cuenta que tanto la genética como los factores ambientales juegan un papel relevante en el desarrollo de problemas psiquiátricos. Por tanto, cuando a uno de los miembros de la pareja se le diagnosticaba una de las nueve afecciones, el otro tenía significativamente más probabilidades de ser diagnosticado con la misma u otra afección psiquiátrica. Los cónyuges tenían más probabilidades de tener las mismas condiciones que de tener diferentes.

Cuáles son las causas de este fenómeno

Chun Chieh Fan, los científicos carecen de una comprensión definitiva de lo que hace que los miembros de una pareja desarrollen trastornos psiquiátricos, y este estudio tampoco puede establecer con claridad la causa concreta. Sin embargo, sí que hay que tener en cuenta que ya se han estudiado distintos componentes conductuales que podrían explicarlo y que se pueden resumir en tres factores. Primero, las parejas casadas, al tener mucho en común, suelen haber buscado un compañero de vida que cumpla los requisitos del conocido en términos científicos como apareamiento selectivo. “Quizás se entienden mejor debido al sufrimiento compartido, por lo que se atraen mutuamente”, dice.

Dicho de otro modo, las personas eligen parejas con ciertos aspectos en común (contrario a la creencia popular de que son los polos opuestos los que se atraen). Esto va desde rasgos de personalidad a comportamientos y otras cualidades que tienen en común para su proyecto de vida. Por tanto, con una base similar, también entra en juego posteriormente el concepto de la convergencia, que las parejas se acaban volviendo más similares a medida que pasan tiempo juntas y comparten el mismo espacio. Por último, el tercer factor es que el estigma social de tener un trastorno psiquiátrico reduce la elección de cónyuge de una persona.

Teniendo en cuenta que la genética es un factor importante en la etiología de estas enfermedades mentales y trastornos psiquiátricos, la tendencia de las personas a seleccionar una pareja que tenga síntomas psiquiátricos similares aumenta el riesgo de que tales trastornos psiquiátricos ocurran nuevamente en las generaciones posteriores. De hecho, el estudio estima los niños que tienen dos padres con el mismo trastorno tienen el doble de probabilidades de desarrollar la afección que los niños que tienen un solo padre afectado, lo cual supone un riesgo genético elevado. De este modo, el descubrimiento del apareamiento selectivo agrega otra capa a los roles genéticos y del entorno de crianza del desarrollo en la adquisición de un trastorno mental.