La plaga del cotonet de Sudáfrica (Delottococcus aberiae) es de sobra conocida por los agricultores de Valencia. Provoca pérdidas que pueden superar los 100 millones de euros al año en el campo, y ataca sobre todo a los cítricos y la vid. Actualmente, el Ministerio de Agricultura apuesta por la lucha biológica con el parásito Anagyrus aberiae para enfrentarse a este insecto.
Se conoce como el cotonet de les Valls. Se alimenta de la savia de las plantas, debilitándolas mucho, y al absorberlo segrega melaza, una sustancia pegajosa rica en azúcares que favorece el crecimiento de hongos y bacterias. De esta manera, daña cosechas enteras.
Se cree que llegó en 2009 a través del Puerto de Sagunto en importaciones desde Sudáfrica, y desde entonces se ha expandido por la Comunidad Valenciana. Por este motivo se ha investigado mucho para hacer frente a la plaga, y la solución llegó gracias a investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV).
Hasta 2019, la única vía para impedir que se expandiera por el campo valenciano era el control químico, con insecticidas que provocan desequilibrios. La nueva técnica conseguida el año pasado descubrió que puede aislarse la feromona sexual con la que las hembras llaman a los machos. De esta manera se reduce la expansión del insecto.
El otro descubrimiento reciente por la misma universidad consiste en soltar el parásito importado Anagyrus aberiae, el depredador que devoraría la preocupante plaga.
Tras varias protestas que se han repetido desde antes del confinamiento, el Ministerio de Transición Ecológica ha autorizado en todas las comarcas valencianas la suelta de este parásito. La investigación que ha permitido llegar a este punto y dejar atrás aparentemente al cotonet de les Valls ha costado 200.000 euros.