Ecofeminismo: claves de experta para entender bien la relación del feminismo y el cambio climático

  • Hablamos con Nerea Ramírez Piris, experta en el tema de Ecologistas en Acción

El punto donde se encuentran el feminismo y el ecologismo tiene un nombre que resuena cada vez más: el ecofeminismo. Sin ir más lejos, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido este año dedicar las manifestaciones del Día de la Mujer del 8M a este movimiento. Sin embargo, son muchas las personas que todavía no entienden bien esta arista del feminismo, que lo une inevitablemente con la lucha contra el cambio climático. ¿Por qué defender el medioambiente está ligado a defender a las mujeres y viceversa? Hablamos con Nerea Ramírez Piris, experta en el tema de Ecologistas en Acción.

¿Cómo surge y por qué?

Fue nombrado por primera vez a finales de 1970 por Françoise d'Eaubonne, una socióloga francesa que lo define como 'la crítica a la modernidad desde el feminismo y el ecologismo', estableciendo la conexión ideológica que existe entre la explotación de la naturaleza y la de las mujeres, bajo un sistema jerárquico-patriarcal.

¿Qué es el ecofeminismo?

En palabras de Yayo Herrero, unas de las personas más relevantes del ecofeminismo en nuestro país, "es una corriente que denuncia que la economía, cultura y política dominantes se han desarrollado en contra de todo lo que nos permite tener vidas dignas, ya sean las bases materiales que nos sostienen (aire y aguas limpias, recursos, naturaleza...) o las desigualdades en el reparto (los cuidados, por ejemplo, que están invisibilizados o precarizados).

¿Por qué están las mujeres en mayor riesgo por el cambio climático?

Porque el cambio climático impide que la naturaleza y el clima funcione correctamente, y eso provoca procesos meteorológicos extremos, que a su vez provocan inundaciones, sequías, pérdida de cosechas, de pesquerías... Todo ello hace que las condiciones de vida sean muy duras en los sitios donde ocurren. Como vivimos en un sistema en el que las encargadas del sostenimiento de la vida, del cuidado de los enfermos, etc, son mujeres, todas las consecuencias de estos procesos de destrucción recaen más sobre ellas. En la ciudad también se da esta conexión, por ejemplo con las olas de calor o frío, que cada vez son más frecuentes e intensas.

¿Cómo me afecta en el día a día?

Pongamos el ejemplo de una fresa: cuando compramos fresas, por un lado adquirimos una fruta que ha sido cultivada con multitud de sustancias tóxicas que contaminan el agua y nuestros cuerpos; y, por otro, ha sido producida quizá bajo unas condiciones de explotación laboral, muchas veces por mujeres migrantes. El precio que pagamos por esa fresa, que además suele ser alto, no recae además en el cuidado de la naturaleza ni en el de las personas que hacen que nos la podamos comer.

También podemos poner el ejemplo de los problemas respiratorios: las olas de calor, cuya frecuencia e intensidad va en aumento debido al cambio climático, potencia los picos de contaminación del aire en las ciudades. Sabemos que las olas de calor y esos picos de contaminación producen más muertes en las ciudades en mujeres mayores debido a que viven más tiempo, y a que debido a sus pensiones más bajas (porque el sistema no contabiliza la tarea de cuidados de hijos/as y otros familiares como trabajo) viven en casas peor acondicionadas parar sobrellevar esas olas de calor (peor aisladas, por ejemplo).

¿Afecta a una mujer de Kenia y de Madrid del mismo modo?

Sí y no. Los problemas de desigualdad y los ambientales siempre afectan más a las personas desfavorecidas, pues los efectos y las consecuencias se retroalimentan unas a otras. Estas personas son además, las menos culpables del cambio climático. Esto es importante recalcarlo.

¿Cuál es el objetivo último del ecofemiinismo?

Proponer formas alternativas de reorganización económica y política, de modo que se puedan recomponer los lazos rotos entre las personas y con la naturaleza. Consumir menos y al hacerlo, que sean productos locales (para evitar que viajen de un lado al otro del planeta sin sentido), producidos en condiciones dignas y que respeten la naturaleza. Por ello, el movimiento feminista organizó huelgas de consumo en 2017 y 2018.

¿Se puede ser feminista y no ecofeminista?

Por todo lo expuesto entiendo que no, pero cada persona tiene unos recorridos diferentes desde los que llega al feminismo o al ecologismo, y aunque esa conexión aún no se haya dado es probable que llegue algún día.

¿Algunos referentes?

Hay muchos ejemplos de mujeres líderes de la defensa de la naturaleza y de los derechos de las mujeres. Algunas hasta perdieron su vida por ello, como Berta Cáceres (esta semana se cumplieron 4 años del aniversario de su asesinato). En Suiza, un grupo de mujeres jubiladas se ha metido en un litigio con el gobierno, que de momento ha prosperado en el primer Tribunal al que ha llegado, porque le acusan de no tomar medidas contundentes contra el cambio climático. Alegan que lo hacen, entre otras cosas, porque las mujeres mayores como ellas van a sufrir más las consecuencias.