El poderoso Fugaku: así es el ‘superordenador’ más potente del mundo

MadridNo es un MacBook, ni un Acer, ni cualquier otro ordenador que podamos encontrar en una casa u oficina normal y corriente. El gran ordenador, el más potente y rápido del mundo, es muy diferente a lo que conocemos por una computadora. El superordenador de origen japonés Fugaku es quien tiene el honor de ostentar tal puesto cuando apenas hace pocos meses que el mundo sabe de su existencia. Pero esta calificación no es al azar, ha sido la lista Top500 la que ha decidido que ocupe tal puesto. Siendo Japón un país puntero en cuanto a tecnología, no es de extrañar que su creación haya sido catalogada como el mejor superordenador.

Ordenadores en otra liga

Para llegar a ocupar la primera plaza, Fugaku ha tenido que desbancar a otro, el superordenador Summit que está desarrollado por IBM y que se encuentra en el laboratorio nacional Oak Ridge de Tennessee. Mientras que Fugaku mantiene un rendimiento de 415’5 petaflops, el de Summit tan solo cuenta con 148’8 petaflops. Pero, ¿qué es eso de los petaflops? Simplemente es la unidad de medida que se utiliza para los superordenadores. Su potencia es tal que un solo petaflops significa que esa computadora alcanza los 1.000 billones de operaciones por segundo.

El tercer puesto, según la clasificación actual, también está en manos de Estados Unidos, aunque su creación es una colaboración con universidades alemanas. Este superordenador se encuentra en el laboratorio nacional Lawrence Livermore en California y está algo lejos de sus dos principales rivales, ya que su rendimiento alcanza los 94’6 petaflops.

El centro de investigación Riken ha sido el creador de semejante máquina junto a la mejor tecnología de Fujitsu. Pero no solo han logrado que Fugaku sea la supercomputadora más potente del mundo, ya que su gran rendimiento ha hecho que se coloque a la cabeza en el ranking de otras categorías, liderando la lista de superordenadores para uso industrial, los utilizados para aplicaciones de inteligencia artificial y también los que hacen análisis de big data.

Los superordenadores cuentan con un fin muy diferente a esos que tenemos en casa, siendo un factor clave en muchos estudios científicos. Sus usos van desde el estudio del clima, tanto pasado, presente, como futuro en relación a los cambios que produce el calentamiento global, hasta investigaciones del espacio exterior o de algunas enfermedades para las que no existe un tratamiento definitivo.

En busca de una solución para el coronavirus

Precisamente con este último aspecto es con el que Fugaku se ha puesto manos a la obra. Su fecha de salida ha coincidido en plena pandemia mundial por el coronavirus. Por eso mismo sus operaciones actualmente recaen especialmente en la búsqueda de fármacos con los que sea posible tratar el COVID-19, analizando la forma en la que los humanos podrían reaccionar a esos tratamientos. Esta búsqueda aún está en fase de prueba, pero se espera que en la primavera de 2021 Fugaku esté en pleno rendimiento para completar esta misión.

Aunque su mirada ahora está en la investigación del coronavirus, el objetivo de los creadores de Fugaku es distinto, pues su intención es que llegue a superar la barrera de un exaflop, por encima de los petaflops. Un solo exaflop es igual a un trillón de operaciones por segundo, una auténtica revolución que seguro que le situaría en el top de los superordenadores durante unos cuantos años más.

Si estando en fase de prueba Fugaku ya es lo más increíble en superordenadores, no nos podemos imaginar lo que puede llegar a conseguir cuando se encuentre en pleno rendimiento. Su buen uso y las investigaciones que se pueden llevar a cabo con él son claves para el desarrollo y evolución de la sociedad a nivel mundial. Un superordenador imposible de meter en casa pero que funciona a una velocidad inimaginable.