El mundo está perdiendo sus manglares: el mapa que muestra las zonas más afectadas

Los manglares son hábitat de multitud de especies. Unsplash
  • La pérdida de manglares por causas humanas se ha ido ralentizando

  • En muchas zonas, dicen los expertos, quizá no haya más manglares que perder

  • Son protección de maremotos, almacenan carbono y proporcionan hábitat a especies marinas

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La NASA ha elaborado un mapa para localizar las zonas del mundo donde los manglares están desapareciendo en mayor medida. Pero además, se trata de la primera ilustración que distingue entre motivos naturales para esta decadencia y causas de las que el ser humano es responsable. Se muestra cómo ha sido esa pérdida entre 2000 y 2016, y lo que se busca es alertar, ya que sin manglares, las costas se ven desprovistas de protección ante maremotos y tormentas.

Para su elaboración, se han utilizado los datos de alta resolución del programa Landsat conjunto de la NASA y el Servicio Geológico de los Estados Unidos. “El mapa global beneficiará a los investigadores que rastrean los impactos del ciclo del carbono de la ganancia y pérdida de manglares, así como también ayudará a las organizaciones de conservación a identificar dónde proteger o restaurar estos hábitats costeros vitales”, dice el comunicado de la agencia espacial.

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Lo que se ha averiguado con este mapeo es que las pérdidas por causas naturales como la erosión y el clima extremo han disminuido más lentamente que las causas humanas como la agricultura y la acuicultura. Para los administradores de conservación y recursos que intentan prevenir la pérdida o restablecer nuevos hábitats, este hallazgo destaca la necesidad de estrategias que tengan en cuenta las causas naturales de la pérdida.

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La importancia de los manglares

En 2010, los manglares cubrieron aproximadamente 85.000 kilómetros cuadrados de las costas de la Tierra, a caballo entre el agua salada y el suelo fangoso con sus sistemas de raíces largas y en forma de zancos, dice la NASA. La mayoría de estos ecosistemas se encuentran en el sudeste asiático, pero existen en las latitudes tropicales y subtropicales de todo el mundo.

Los manglares son árboles y arbustos resistentes que crecen en los suelos salados, húmedos y fangosos de las costas tropicales y subtropicales de la Tierra, explica. Y proporcionan lo que define como un "triple golpe" de beneficios ambientales Lola Fatoyinbo Agueh, científica ambiental del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Maryland.

Los manglares son sumideros de carbono excepcionalmente eficientes: lugares donde el carbono se almacena fuera de la atmósfera. Representan solo el 3 % de la cubierta forestal de la Tierra, pero si fueran talados, podrían contribuir hasta el 10 % de las emisiones globales de carbono. Adaptados para resistir el agua salada, las fuertes mareas, los suelos con poco oxígeno y las cálidas temperaturas tropicales, los manglares protegen las costas de la erosión y las marejadas ciclónicas y proporcionan un "criadero" para las criaturas marinas.

“Su estructura radicular protege el interior de la costa y también protege la costa del interior, porque puede acumular gran parte del suelo que viene de aguas arriba o de la costa. Mantienen ese sedimento en sus raíces y esencialmente cultivan nuevas tierras. Si tiene áreas donde ha aumentado la erosión debido al aumento del nivel del mar, los manglares podrían contrarrestar eso".

Amenazas del ser humano

Los manglares han estado amenazados por la deforestación durante décadas, ya que la agricultura y la acuicultura, el desarrollo urbano y la recolección han causado la pérdida de más de una cuarta parte de los bosques de manglares en los últimos 50 años, según datos de la NASA. Los bosques del sudeste asiático se han visto especialmente afectados, ya que países como Indonesia limpian los manglares para dejar espacio al cultivo de arroz y camarones.

El 62 % de la superficie perdida se debió a causas humanas, principalmente agricultura y acuicultura. El resto se debió a causas naturales, incluida la erosión y los fenómenos meteorológicos extremos.

Durante el período analizado, disminuyeron los impulsores humanos y naturales de la pérdida, dijo el equipo. Pero el impacto humano disminuyó más rápidamente.

“Por un lado, es genial”, dijo la autora principal Liza Goldberg pasante de Goddard de la NASA, “muestra que los esfuerzos de conservación están aumentando en efectividad a escala local, y hay una mayor conciencia sobre la importancia de los manglares, el daño económico de las tormentas y la pérdida de vidas. Pero por otro lado, la disminución de las pérdidas, especialmente en el sudeste asiático, significa que en muchas áreas, simplemente no hay más manglares que perder”.

El equipo está colaborando con organizaciones sin fines de lucro y otras organizaciones para poner a trabajar sus datos, ayudando con la estimación de emisiones de carbono, la planificación de la conservación y otras iniciativas para proteger estos ecosistemas para las generaciones futuras.