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La naturaleza no deja de sorprendernos con infinitos espectáculos que se forman en los rincones más inhóspitos del mundo. El lago de Abraham, en Canadá, amaneció repleto de lo que se llama coloquialmente nenúfares de hielo flotando en el agua. Pero no son flores cubiertas de nieve sino un fenómeno que se forma por la composición del agua y las condiciones meteorológicas de la zona. ¿Cómo se forma esta exhibición natural?
Los cientos de círculos que flotaron en el lago canadiense son realmente burbujas de metano congeladas que se dispersaban como joyas invernales. Estas burbujas se forman cuando en el fondo del lago se acumula materia orgánica, como plantas o animales descompuestos, que emiten el metano que, finalmente, acaba atrapado por las burbujas. Durante el invierno, estas pompas alcanzan la superficie y se congelan por las temperaturas tan extremas, produciendo así este efecto óptico.
El espectáculo no pasa desapercibido para aquellos que tienen la oportunidad de experimentarlo. Cientos de fotógrafos ya han captado instantáneas inverosímiles que parecen estar trucadas. Sin embargo, esto no es caso muy inusual: se da cada año en el país estadounidense y en otros lagos del Ártico.
Estas burbujas están compuestas de un gas invernadero más potente que el dióxido de carbono y que es altamente inflamable. El metano suele ser emitido en la atmósfera por la reducción del permafrost, relacionada con el aumento de las temperaturas.
De este modo, si en algún momento las burbujas de metano llegaran a liberar este gas, podría provocar el ascenso de la temperatura media de todo el planeta, aunque por ahora, su aparición no ha provocado incidentes mayores. Eso sí, aquellos que puedan disfrutar de este fenómeno tendrán que andarse con ojo porque una simple chispa de fuego podría provocar todo un caos en el lago. Por ahora, sigamos disfrutando de las sorpresas que la naturaleza nos brinda.