Finito de Córdoba no quiere declarar nada respecto al asunto de la detención, y cuando los periodistas se acercan a preguntarle qué es lo que ocurrió aquel día, el torero responde: "Dejadme tranquilo, la realidad enterarse allí, en la Guardia Civil".
El diestro no gana para disgustos, y justo cuando acaba de zanjar todos los rumores que hablaban de sus infidelidades a su mujer, Arancha del Sol, le imputan por una falta de maltrato sin lesiones, aunque tres miembros de su cuadrilla habían sido detenidos.
Uno de los miembros sigue en las estancias policiales tras haber prestado declaración, después de que dos hermanos de 23 y 28 años presentaran una denuncia contra ellos en la comisaría.
El abogado de los denunciantes, José Rojas señala que según sus clientes, ellos simplemente hicieron una crítica libre de la actuación del torero y les contestaron que no podían hablar así a una persona que iba vestida de luces. Acto seguido saltaron dos o tres personas del interior de la furgoneta del diestro y propinaron una brutal paliza a los chicos.
El letrado señala que los dos chicos fueron atendidos de urgencia en el Hospital Virgen del Rocío y fueron trasladado allí en una UVI móvil que estaba en la plaza de toros.
Uno de los presuntos agredidos necesitó una recomposición del pabellón auditivo mientras que al otro le destrozaron el labio inferior. Tras recibir el alta en el hospital, los dos se dirigieron a la Guardia Civil para denunciar lo sucedido.
El abogado niega que los chicos trataran de defenderse utilizando una piedra, algo que se había dicho. Finito de Córdoba no ha querido ponerse en contacto con ellos para preocuparse por su estado.