"Tengo una idea que quiero transformar en libro. ¿Cómo doy el salto?": una consultora editorial nos resuelve las dudas

Marian Benito 23 FEB 2025 - 09:11h.

Plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Hay quien dice que son las tres metas vitales que deberíamos cumplir para sentirnos plenamente realizados. La última, escribir, nos lleva a un sueño presente en cualquiera que tenga un relato interesante, una idea brillante, un conocimiento que quiere transmitir, un legado que dejar a su gente. Es una de las huellas más hermosas que podemos dejar, pero… nunca llega el momento de empezar, la frase con la que arrancar, la decisión última de ponerse y hacerlo. Y mientras procrastinamos, el ansia sigue danzando en nuestra cabeza.

Detrás de cualquier modalidad de pereza o indecisión lo que suele haber realmente es incertidumbre: cómo lo editaré, a quién le interesará, cómo lo promocionaré, cuánto se venderá. De toda esa inseguridad es testigo Mariana Eguaras, consultora editorial que lleva más de 25 años dedicada a un oficio aún bastante desconocido, que consiste responder las inquietudes de los autores y editores en la edición, publicación y promoción de libros. Conversar con ella es suficiente para desactivar en nuestro cerebro esa parte que funciona como detector de amenazas para salir, por fin, de ese círculo irracional que nos impide arrancar.

Cuando empezaste, la consultoría editorial era desconocida. ¿Qué te animó a dedicarte a ello?

Al acabar la carrera de Comunicación Social y Periodismo, me especialicé con un Máster Edición y otro en Edición Digital. Había trabajado en el sector editorial y conocía todas las tareas que pueden desarrollarse en la edición de publicaciones. Las dudas e inquietudes que me iban transmitiendo muchas personas y empresas me hizo detectar que había una gran necesidad de asesoramiento que no estaba cubierta. Me di cuenta de que pasaba varias horas del día respondiendo a ese tipo de cuestiones prácticas. Así creé mi propia consultoría. El tiempo me ha dado razón.

¿Nos puede confirmar que la procrastinación es algo común a la hora de escribir un libro?

Sí, pero es falta de organización. Hay que gestionar el tiempo, marcarse unos plazos y priorizar esa tarea. Cumplir esos plazos nos permite mejorar la confianza en nosotros mismos y avanzar. No importa qué objetivo tengamos con el libro. Puede ser compartir una historia personal o familiar, un viaje personal, un manual práctico, un texto científico o una ficción.

Si tienes una idea, hay que gestionar el tiempo, marcarse unos plazos y priorizar esa tarea

¿En qué momento y de qué modo puede ayudar a un autor como consultora?

Lo que yo ofrezco es asesoramiento en todas las tapas de la creación de un libro. No le digo cómo escribir ni sobre qué temática, pero sí hay algunos aspectos desde esa primera idea que le pueden ayudar. Sobre todo, le asesoro en todo aquello relacionado con la creación, el desarrollo, la producción, la distribución y la promoción. Trabajo con autores particulares en su primera obra o en el desarrollo de su carrera, pero también con editoriales, instituciones y empresas que buscan optimizar la calidad, la eficacia y el alcance de sus proyectos editoriales. Cada perfil implica un desafío y requiere soluciones únicas y personalizadas.

¿Qué es lo primero que se le dice a una persona que quiere escribir?

Lo primero de todo es pasar de ese deseo vago que tiene en la cabeza a definir su idea y sus objetivos de una manera clara y alcanzable. A partir de ahí, le voy acompañando diseñando estrategias, planificando y eligiendo formatos y canales ajustándonos al presupuesto y a las tendencias del mercado. En todo este proceso, es importante marcar unos plazos para cada etapa. Transformar una idea en un libro no es magia, sino un arte que exige dedicación y experiencia.

¿Ha conseguido dar con la tecla del bestseller o, como ocurre con la búsqueda de la felicidad, nos tenemos que conformar con sobrevivir?

Como consultora, me importa la calidad. Esa debería ser la primera aspiración y es la base que asegura el éxito. La calidad requiere el trabajo de corrección, ilustración, diseño, impresión, creatividad, tipo de papel, etc. Los servicios de consultoría facilitan todo esto maximizando la eficacia en el uso del tiempo, presupuesto y esfuerzos.

El escritor vence el llamado síndrome de la página en blanco y tiene ya su manuscrito. ¿Cómo da el salto al mercado?

Como en cualquier otro proyecto, es importante que tome las decisiones acertadas. Generalmente, un autor desconoce los derechos de propiedad intelectual, no sabe cómo negociar con las editoriales o cómo lanzarse a la autoedición o autopublicación. La consultoría facilita todas esas tareas orientándole, revisando los contratos editoriales y evaluando qué modelo se adapta mejor a sus objetivos. Al final, el consultor se convierte en una figura de confianza y seguridad, pero no es un trabajo individual sino de un amplio equipo de colaboradores, como correctores, diseñadores, maquetadores, periodistas, especialistas en marketing y otros profesionales del sector. Lo que no hacemos es el trabajo de agentes literarios.

¿Publicación tradicional o autopublicación?

Recientemente una ilustradora y autora de cuentos infantiles y una cantautora acudieron a mi consultoría para evaluar un contrato que les ofrecía una editorial. Tras un análisis detallado durante la sesión, detectamos varias condiciones poco atractivas que comprometían su control creativo y sus beneficios económicos. Además, dificultaban su deseo de tener libros disponibles en los conciertos de la cantautora. Durante la consultoría, analizamos ambas opciones con información clara y eligieron la autopublicación. Siempre hay que valorar que opción se ajusta mejor a sus objetivos creativos y comerciales.

¿Qué peso tiene la cubierta en el éxito de un libro?

Es el primer contacto visual del lector y, por tanto, responsable, en buena parte, de ese primer impacto. Merece la pena invertir un tiempo y un cuidado especial en él, pero tiene que ser reflejo de su contenido. No hay un único factor que defina el éxito. Son muchos los que determinan si responde a las expectativas del público al que se dirige el libro. Por eso, hay que identificar bien a quién queremos llegar y con qué mecanismos. Si es un libro de ficción, habrá que valorar si ese público quiere más o menos emoción, más o menos sangre. Si es un texto científico para pares, lógicamente se valoran otros criterios.

La cubierta es el primer contacto visual, merece la pena invertir un tiempo y un cuidado especial en ella

¿Título largo o corto?

El título no es necesariamente decisivo. Hace dos décadas, cuando aún se decía que los títulos largos no vendían, llegó la saga sueca Millennium con títulos como ‘Los hombres que no amaban a las mujeres’ o ‘La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina’. Un fenómeno literario mundial.

Cuando aún se decía que los títulos largos no vendían, llegó la saga sueca Millennium, un fenómeno literario

Por último, tengo que preguntarle por la inteligencia artificial. ¿Es una amenaza o una aliada en su trabajo?

Aliada, sin duda. El sector editorial ha vivido una transformación absoluta en las últimas décadas. Ha tenido que adaptarse a la llegada de internet, las redes sociales, la digitalización… La inteligencia artificial la tenemos que integrar de una manera positiva en nuestro trabajo. Enojarme con ella me serviría para quedarme en la queja. Prefiero experimentar con ella e ir valorando qué funciones hace bien, menos bien o, directamente, mal.