Joaquín Sabina y su historia de 30 años de amor con Jimena: "Hace tiempo que no quiero ir a ningún sitio donde no esté ella"

Joaquín Sabina y Jimena,  una larga historia de amor
Joaquín Sabina y Jimena, una larga historia de amor. getty images
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Cuenta la leyenda que hubo un tiempo en que las llaves de la casa de Joaquín Sabina circulaban de mano en mano por medio Madrid. El ir y venir de gente a su dúplex en Tirso de Molina llegó hasta tal punto que se celebraban fiestas simultáneas en varias habitaciones. Incluso se dice que había una pareja de okupas viviendo en su sofá. Todo eso terminó cuando Jimena Coronado cambió la cerradura y puso orden en el hogar del 'flaco de Úbeda' allá por 2001, cuando le pasó lo que dio en llamar el 'marichalazo'. Desde entonces Jime ha sido su ángel protector, su refugio y su amor incondicional, pero Sabina, a sus 76 años, nunca se había mostrado más agradecido a su compañera de vida que en su última entrevista publicada en 'Esquire'.

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"He encontrado otra felicidad que no había conocido ni disfrutado, que es la del amor verdadero. Nunca imaginé que iba a poder vivir con alguien 30 años y al hablar de ella no ponerle ni el más mínimo pero", confiesa el autor de '19 días y 500 noches'. Jimena no se despegó de su lado cuando sufrió aquel ictus, ni cuando se enfrentó a cuadros depresivos y a una trombosis. Ni tampoco cuando justo antes de la pandemia una caída en pleno concierto en el Wizink le llevó a estar internado en terapia intensiva por un hematoma intracraneal.

Con Jimena en su vida, el otrora irreductible crápula nocturno que tanto había coqueteado con los excesos se calmó. Dejó atrás su fama de mujeriego y empezó a vivir con más cautela. "Llevo 30 años con la Jime y ella tiene mucho que ver en mi cambio de vida. Hace tiempo que no quiero ir a ningún sitio donde no esté ella. Y eso que no se sabe y no se dice y está bien que no se sepa y no se diga, fue muy importante. Cumplí 50, tuve el ictus y me puse a vivir con la Jime hasta hoy", cuenta el artista.

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Una sesión de fotos muy productiva

Aunque son matrimonio solo desde 2020, en realidad su historia comenzó en diciembre 1994 cuando la fotógrafa peruana, que es 20 años menor que el cantante, se las ingenió para hacerle un reportaje. Durante la sesión fotográfica, el cantautor aprovechó un momento que se quedaron solos para preguntarle si tomaban unas copas después en algún sitio. Ella dijo que las 10 y se presentó allí puntual. Él no apareció hasta la 1 y ni siquiera la saludó. Ella tuvo que hacerse la encontradiza. Desde entonces se vieron esporádicamente cada vez que él iba a Perú, a pesar de que ambos tenían otras parejas. "Le convencí de que poner cuernos no estaba tan mal”, contó Sabina en alguna ocasión.

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La carta que lo cambió todo

La historia dio un giro definitivo en 1999, cuando él estaba grabando '19 días y 500 noches' y recibió una carta de Jime: "Ya no tengo novio'. Sabina también acababa de cortar con su novia de entonces, y la llamó inmediatamente: "Rubia, nos vamos a Venecia". El reencuentro al final se produjo en la plaza Garibaldi de Ciudad de México. Ahí retomaron la relación para no volver a separarse jamás.

Desde entonces, "ha estado conmigo en las buenas y en las malas", ha admitido Sabina. Veinte años después, el 29 de junio de 2020, salieron juntos del piso madrileño donde habían estado encerrados en la cuarentena y se casaron por lo civil. Para él era acto tanto de justicia como de agradecimiento por tanto amor: “En todas mis idas y venidas a los hospitales, incluida la última, siempre he pensado que si me pasa algo, quiero que tenga papeles que le den todo tipo de derechos”.