Ceniza y psicodelia: el mítico concierto de Pink Floyd en Pompeya vuelve a los cines 50 años después
'Pink Floyd at Pompeii' vuelve a las salas remasterizada en 4K y con el sonido mejorado en la versión definitiva de uno de los conciertos más icónicos del rock
La película presentaba una fantasmal actuación sin público de la banda británica entre las ruinas del anfiteatro romano de Pompeya
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En la España de los años 70, meterse en un cineclub de arte y ensayo a ver 'Pink Floyd at Pompeii' entre la bruma humeante de los porros que se encendían en la platea era lo más parecido que había a estar en un concierto de rock. En 1974 aún faltaban un par de años para que la muerte de Franco abriera las puertas a las grandes giras internacionales en nuestro país. Y aún tendrían que pasar otros 14 años para que la banda británica debutara en Madrid y Barcelona con toda su parafernalia de luz y sonido. Tal vez por eso aquella espectral actuación sin público entre las ruinas del anfiteatro romano de Pompeya calara tanto por estos lares.
Aquellos veteranos espectadores del documental dirigido por Adrian Maben, las generaciones posteriores que quedaron seducidas por su enigmático magnetismo y, en general, cualquier aficionado al rock que se precie, tienen ahora la oportunidad de disfrutar en los cines de la película remasterizada digitalmente en 4K a partir del metraje original de 35mm y con el sonido mejorado por el músico Steve Wilson. La experiencia audiovisual definitiva.
La cara oculta de los grandes conciertos
'Pink Floyd At Pompeii' capturaba al cuarteto inglés justo antes de lanzar el legendario 'The Dark Side of the Moon' y convertirse en gigantes de las listas de éxitos en ambos lados del Atlántico. Es decir, eran una banda de culto, favorita de estudiantes e intelectuales gracias a discos como 'Atom Heart Mother' o 'Meddle', a punto de estallar a nivel popular. Pero no fue idea de ellos, sino del propio director, filmar en Pompeya, la ciudad italiana congelada en el tiempo por la furia del Vesubio en el año 79.
El plan era alejarse radicalmente de los recitales multitudinarios de la época tipo Woodstock. Sin multitudes enardecidas, sin luces estridentes ni pirotecnia, lo que quedaría era el atmosférico potencial sónico de Pink Floyd en su versión más pura. Una experiencia alucinógena entre lava, ceniza y fantasmas milenarios. La cinta original, que condensaba en una hora los seis días de filmación en el coliseo, estaba destinada para la televisión. Más allá de alguna proyección en festivales en 1972, no tuvo recorrido comercial. Dos años después, una versión ampliada con media hora más del cuarteto grabando en Abbey Road sería la que llegaría a España.
"Me da bastante vergüenza"
"Solo somos nosotros tocando un montón de música en el anfiteatro con algunas tomas nuestras al estilo Top Of The Pops caminando por la cima del Vesubio y cosas así", dijo en cierta ocasión Roger Waters, que protagoniza uno de los momentos más memorables golpeando su gong durante 'A Saucerful Of Secrets'. "Me da bastante vergüenza", ha admitido el otro motor creativo de la banda, David Gilmour, que por entonces tenía 25 años y ahora no puede soportar la imagen pretenciosa e ingenua que proyectaba.
A pesar de las reservas de sus miembros, hoy aquel extraño experimento es uno de los conciertos más icónicos de la historia del rock, uno que siempre merece la pena revisar. Más cuando se ha puesto tanto mimo en su recuperación. "Desde 1994, he buscado los metrajes perdidos de Pink Floyd en Pompeya, por lo que el reciente hallazgo del negativo original de 35 mm de 1972 fue un momento muy especial. La versión recientemente restaurada presenta el primer montaje completo de 90 minutos", ha comentado Lana Topham, directora de restauración del grupo, que ha preservado toda la integridad y belleza de las imágenes originales.
