"Yo crecí con Batman": la evolución del hombre murciélago desde los 60 hasta hoy

El Batman Day se celebra este 20 septiembre: repasamos todos los Batman que caben en uno a lo largo de 65 años
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En los años 60, mientras la dictadura apretaba en España y el blanco y negro llenaba las televisiones, un murciélago colorido y camp se colaba en los hogares con un sonido inconfundible: "¡POW! ¡BANG! ¡ZOK!". Era Batman, pero el de la serie protagonizada por Adam West entre 1966 y 1968, una parodia autoconsciente que conquistó a una generación entera con su estética pop, moralina ingenua y villanos caricaturescos.
Aquel fue el primer contacto de muchos con el Caballero Oscuro. Mucho más de medio siglo después, el Batman que conocen sus nietos está en el extremo opuesto de la balanza, y se ha convertido en un detective torturado, solitario y sombrío. Entre estas dos versiones del personaje, toda una galería de rostros, tonos y visiones que reflejan no solo la evolución del personaje, sino también los cambios culturales, tecnológicos y emocionales que ha atravesado la sociedad occidental.
Del pop al trauma ( y de vuelta al pop)
Tras el final de la serie de Adam West, el murciélago pasó casi dos décadas sin presencia destacada en imagen real, hasta que en 1989 Tim Burton reinventó el mito con Batman, protagonizada por Michael Keaton. Aquella película, con Jack Nicholson como Joker, devolvió el prestigio al personaje con una estética gótica, una atmósfera oscura y un Bruce Wayne introspectivo y ambiguo. Keaton repitió en Batman Returns (1992), más tenebrosa aún, donde Gotham se volvió una ciudad opresiva, casi expresionista.

Sin embargo, en la segunda mitad de los 90, Joel Schumacher llevó la saga de nuevo hacia el exceso visual con Batman Forever (1995), con Val Kilmer, y Batman & Robin (1997), con George Clooney. Trajes con pezones, planos mareantes, diálogos insustanciales y un tono casi autoparódico marcaron una época en que el personaje tocó fondo. Clooney, en entrevistas posteriores, ha dicho que siente que "mató la franquicia". Aquellas películas fueron tan criticadas que Warner decidió frenar el proyecto por varios años.

Realismo y profundidad psicológica para el siglo XXI
Pero en 2005, con Batman Begins, Christopher Nolan y Christian Bale marcaron un punto de inflexión. Su trilogía culminó en El caballero oscuro (2008), con la interpretación legendaria de Heath Ledger como Joker, y terminó con El caballero oscuro: La leyenda renace (2012). El tono realista, la profundidad psicológica, los dilemas éticos y el enfoque en la dualidad del héroe redefinieron al personaje para el siglo XXI. Con esta trilogía, Nolan elevó el cine de superhéroes a una categoría adulta, oscura y filosófica, sin dejar de lado el espectáculo en ningún momento.

Casi en paralelo, Ben Affleck metió también en la piel de Bruce Wayne, para interpretar a un Batman más maduro y desencantado en el universo extendido de DC, desde Batman v Superman (2016) hasta La liga de la Justicia de Zack Snyder (2021) y The Flash (2023). Su versión del hombre murciélago estaba marcada por la pérdida, la culpa y el resentimiento. Su interpretación generó debates encendidos entre los fans, pero a la vez sirvió para aportar una visión más física y brutal del personaje, mucho más orientada a la acción directa y la decadencia moral.

Finalmente, Robert Pattinson es el último que se ha enfundado el bat-traje en The Batman (2022), bajo la dirección de Matt Reeves. Su Bruce Wayne es joven, atormentado, más detective que justiciero, y actúa en una Gotham lluviosa, decadente y sucia. Inspirado en el cine negro y en el cómic Batman: Año Uno, esta encarnación apuesta por la introspección, la fragilidad emocional y un realismo descarnado. La saga promete tener continuidad y ya se ha expandido en formato de serie, además de tener una secuela fílmica en camino.

Lo que cambia con cada generación
Batman ha mutado según las exigencias culturales, políticas y emocionales de cada época. En los 60 era un producto televisivo colorido en una América que se redescubría en la posguerra. En los 80, una respuesta a los excesos del cómic ingenuo, con estética de videoclip y fondo gótico. En los 2000, un reflejo del trauma post 11-S, del auge del realismo y la vigilancia. Y en los últimos años, se convierte en espejo de una generación sin certezas, marcada por la ansiedad, la desconfianza institucional y la soledad urbana.
El traje, el coche, la relación con Alfred, el tono de la voz o la manera de entender la justicia han cambiado con el momento que ha visto nacer a cada versión. Pocos personajes han tenido tantas versiones simultáneas y tan seguidas como Batman. Y es que nos hemos quedado en las versiones con actores reales, pero hay películas de Batman con Lego, videojuegos como la genial serie Arkham o, por supuesto, animación. En este último medio ha tenido versiones memorables como Batman: The Animated Series (1992), que muchos aún consideran la más fiel al espíritu del personaje.
Los que crecieron con Adam West, y luego vieron a Keaton, a Bale, a Affleck y ahora a Pattinson, han sido testigos privilegiados de una transformación sin igual. Batman no solo ha envejecido con ellos: les ha acompañado, reflejando sus sombras, sus miedos, sus contradicciones. Y quizás por eso, sigue siendo actual. Por eso, en el Batman Day, toca celebrar que este personaje exista. Puedes hacerlo revisando tus películas de Batman favoritas, pasarte por alguna conmemoración de Batman, como la que hace el Parque Warner en Madrid (y que cuenta con la participación de Claudio Serrano, el actor de voz que ha prestado su aparato fonador a múltiples versiones del Cruzado Enmascarado).
Porque en el fondo, como dijo una vez el propio Keaton: "Batman no tiene superpoderes, solo voluntad. Por eso siempre será humano". O como se afirmaba en El caballero oscuro: La leyenda renace: "Batman no es un hombre. Es una idea".

