Debutar como poeta a los 65 años o cómo recuperar tu vida: “Escribir me ayudó a sobrellevar el duelo”

La actriz y maestra de actores Consuelo Trujillo publica el libro ‘Anegada’, una colección de versos, con el que demuestra que nunca es tarde para crear una obra literaria
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MadridConsuelo Trujillo (La Línea de la Concepción, 1959) lleva toda una vida siendo actriz, directora de teatros y maestra de actores. Es posible que a muchos les suene por haber encarnado a la Hermana Muerte en la película ‘Verónica’, de Paco Plaza. Toda una vida marcada por el amor a la interpretación que, desde hace algunos meses, posee una ramificación en forma de libro de poesía.
‘Anegada’ (Ya lo dijo Casimiro Parker) es el primer poemario de Trujillo, un libro que no parece la obra de una autora novel. Una recopilación de poemas que se devora en cuestión de minutos, incluso por aquellos no familiarizados con el género. El milagro lo logran versos como “niña pez, ya estás en la orilla, una madre hermana ausente, un cuerpo larguirucho, pose de mujer en corazón de niña vergüenza”.

Tras toda una vida conviviendo con el arte, ¿cuándo te surge la necesidad de escribir poesía?
La poesía siempre ha tenido un lugar muy relevante en mi vida. En la adolescencia me refugié mucho en ella. Empecé leyendo a los místicos como Santa Teresa de Jesús… En el 2005 pasé una enfermedad y desde entonces la poesía fue cogiendo cada vez más peso en mi vida. En esa época, cree una ‘performance’ llamada ‘Criatura’, con la que gané muchos premios. Para esa obra escénica ya escribí algunos textos.
La semilla ya estaba plantada…
Además, en los últimos tiempos he tenido unos años fuertes de duelo debido a diferentes pérdidas familiares, de relaciones, y realmente he encontrado mucho sentido en la poesía, me ha ayudado muchísimo.
¿De dónde viene el título del libro?
Es un homenaje a la poetisa Gloria Gervitz, que escribe en un verso: ‘yo, anegada’. Siento que el proceso de creación de este libro fue así porque al ponerme a escribir me sentí anegada por la vida… Y por otro lado está también esa idea que me gusta mucho de que el poemario empieza con una estructura más lineal y de pronto empieza a diluirse, a expandirse como el agua…
¿Escribir este libro ha sido un viaje?
Totalmente. Escribir este libro ha sido un viaje introspectivo maravilloso del que no quería salir. Lo escribí mientras trabajaba y estaba deseando tener esos momentos para mí, porque componer este libro ha sido un proceso muy solitario. Hay una poeta que me inspira mucho, que se llama Chantal Maillard, que siempre dice que la poesía viene del abajo. Y yo descendí al abajo para escribir este poemario.

Escribirlo ha supuesto, de alguna manera, ¿también un renacer?
Sí, ha supuesto un cambio de piel por completo. En este proceso me he sentido morir, o al menos he sentido la muerte de una idea de mí… que tenía que ver con vínculos, amores, apegos… Siento que una vez que yo entregué el poemario, estrené una nueva piel.
Hay un concepto que se repite frecuentemente en el libro y que es el de la 'casa refugio’…
Es una casa que me cedió una amiga en la España vaciada y donde escribí parte del libro. En ella hice la parte más oscura e introspectiva del viaje. Me di cuenta poco a poco de que el lugar geográfico desde el que estés escribiendo te afecta, cada uno te lleva a un lugar del alma.
En ese sentido, Madrid también está muy presente. Hay poemas escritos a partir de notas de voz, en el autobús que conecta con la Plaza Mayor…
Sí, porque tenía una voz que quería salir e iba con mi libretita siempre a mano para apuntar o el móvil para grabar una nota. Por eso, cuando hay un poema que sale de una nota de voz dictada también se refleja en las anotaciones al margen del libro.
Además del duelo, otro de los temas recurrentes en el poemario es el deseo sexual
Por un lado, mi voz es una voz asentada, pero, por otro lado, la encuentro totalmente adolescente y fogosa. Escribir es dar voz a lo que está vivo dentro de cada uno. En mi poemario está muy viva la niña, está muy viva la adolescente, está muy viva la amante… pero también está presente el recorrido de la vida, del dolor y del desapego.
Estás presentando el poemario por toda España, ¿cómo reacciona el público?
La gente agradece mucho la desnudez y la sinceridad que ellos sienten en el poemario. Y me he dado cuenta de que, como leo algunos de los poemas del libro en directo, también se genera muchísima emoción entre el público.
Tras haber publicado este poemario, ¿te planteas un segundo libro?
Al estar en plena presentación, aún sigo muy pegada a estos poemas… ¡casi me los sé de memoria!. Pero sí, estoy escribiendo, aunque de otra manera, porque me he puesto a estudiar poesía como alumna en la Fundación José Hierro, donde hay unos maestros y maestras alucinantes. Así de curiosa es la vida, nunca es tarde para ser alumna y aprender, ¡aunque sea sobre algo que ya has hecho!

