Los mejores versos de Robe Iniesta, el poeta que convirtió el rock en literatura popular
El líder de Extremoduro introdujo duda, fragilidad, contradicción e irreverencia en el panorama literario del rock patrio
Muere Robe Iniesta a los 63: por qué se convirtió en un icono para la generación Z en TikTok
La muerte de Robe Iniesta a los 63 años deja al rock español sin la voz que le hizo adulto. Porque Robe no escribía letras, capturaba estados de ánimo colectivos. En un panorama musical donde el rock tendía a la consigna, el exceso o la pose, el líder de Extremoduro introdujo duda, fragilidad y contradicción. Sin reivindicarse jamás como poeta, tomó el lenguaje de la calle que antes de él enarbolaron iconos urbanos como Leño, Burning o Barricada y lo convirtió en un espacio legítimo para la introspección filosófica y emocional con versos que hablaban de miedo, deseo, dolor y esperanza sin filtros ni intención sermoneadora.
Con semejantes textos no fue tan extraño que Extremoduro terminara conquistando la cultura de masas, aunque para ello nunca hizo concesiones ni limó su filo crudo, irreverente y visceral. Tampoco lo hizo Robe en su etapa en solitario. Al contrario, en sus últimos discos fue afinando una voz que partía del barro y la herida para llegar a la emoción más descarnada. Su fuerza poética procedía de una mezcla difícil de falsificar: honestidad estética, pensamiento crítico y una facilidad extrema para el aforismo ocurrente, hermoso y directo, ideal para ser tatuado en la piel. Estos son algunas de las letras que mejor definieron su desbordante personalidad.
Si ves que estoy huyendo, yo no sé retroceder, espera, que estoy cogiendo carrera (Pedrá)
Robe construyó su carrera a base de contradicciones y segundas oportunidades: proyectos arriesgados y riesgos estilísticos sin miedo a la caída, porque siempre existirá la oportunidad de levantarse, impulsándose hacia adelante con más fuerza.
Sufro locura transitoria, bajo a la tierra y cruzo la línea divisoria, que separa en esta historia la locura y la razón (Locura transitoria)
Una de las letras que mejor aborda la lucha entre la razón y la irracionalidad que caracteriza la profundidad existencial de Robe. La pérdida de rumbo en la vida, el sentimiento de agobio y la desconexión.
Nací un buen día, mi madre no era virgen/ no vino el rey, tampoco me importó / Hago milagros, convierto el agua en vino / Me resucito si me hago un canutito (Jesucristo García)
Aquí aparece el Robe más irreverente: demasiado incómodo para el sistema en su mezcla profana de de simbolismo religioso con temas de la vida marginal.
Puede que me deje llevar, puede que levante la voz, puede que me arranque sin más, a ver qué me dice después (So Payaso)
La descripción de una relación tóxica o desigual donde el narrador se rebaja y se expone es una de las canciones más célebres de Extremoduro, especialmente por ese "a ver qué me dice después" que crea un efecto hipnótico y desesperado, como un mantra de súplica.
Y antes de hacer la maleta y pasar la vida entre andenes, deja entrar a los ratones para tener quien le espere (Standby)
'Standby' es una canción de suspensión vital, y este verso condensa ese estado. No hay dramatismo, pero sí romanticismo fatigado. Robe escribe desde la experiencia de quien ha esperado demasiado y lo asume sin épica.
Si fuera mi vida una escalera, me la he pasado entera buscando el siguiente escalón (La vereda de la puerta de atrás)
La vida como una búsqueda constante del siguiente paso, la frustración y la esperanza de alcanzar algo o alguien quizás inalcanzable. Por versos como este el de Plasencia conquistó a la generación Z y sus canciones se viralizaron en TikTok.
Me hice un barquito de papel para irte a ver, se hundió por culpa del rocío, no me preguntes cómo vamos a cruzar el río (Cuarto Movimiento: La Realidad)
Ejemplo perfecto de la escritura más tiernamente naif de Robe, especialmente en su etapa en solitario. En su sencillez albergaba una lucidez tremenda para abordar temas universales como el amor, la pérdida y la búsqueda de sentido.
Ama, ama y ensancha el alma (Ama, ama y ensancha el alma)
Más que un eslogan, una declaración vital: no huir del mundo, sino agrandarse para soportarlo. Una invitación a la expansión personal y colectiva a través del amor.
