La gimnasta olímpica Aleksandra Soldátova, multimedallista, se retira temporalmente. Ha tardado años en pedir ayuda y reconocer que tiene un trastorno alimenticio. Lo ha confesado entre lágrimas. La presión por mantener su cuerpo sin un gramo de grasa le ha llevado a la bulimia.
“Sufren la presión social, de los seguidores, presión de fans y de patrocinadores”, explica Miguel Santolaya, psicólogo deportivo y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.
La competición feroz entre gimnastas se traslada también a la imagen en las redes sociales. Solo hay que ver a la campeona olímpica de patinaje, Yúliya Lipnítskaya, con tan solo 15 años. Entregada al deporte y las redes, los trastornos con la comida la apartaron de la competición.
Del mismo modo, Jenny Rissveds, oro olímpico en ‘Mountain bike’ cayó en depresión por lo mismo.
Aleksandra Soldátova se aparta por ahora. Volverá a por más oros tras combatir su bulimia.