La pesadilla del País Vasco hecha película

REBECA DE LAS HERAS 08/04/2008 18:08

El director, acostumbrado a retratar realidades de nuestro país como el 'La vida que te espera', describe que su "película parece una pesadilla", un mal sueño sin despertar. De esta forma cuenta la realidad de un profesor de la Universidad del País Vasco que ve mutilada su libertad por el acoso y derribo de ETA. En su historia se cruza otra vida, basada en hechos reales, de un etarra que tras un accidente en un atentado pierde la memoria, y así su conciencia abertzale.

La película mezcla la realidad vasca desde distintos prismas. La gastronomía, el miedo, el silencio, la Iglesia, el terrorismo y la integridad son sus pilares. El director ha querido dejar fuera el lado político al elegir a un amenazado intelectual, por ser "más cercano a su realidad".

La cinta co-producida por Telecinco "ha pasado el control de calidad de la gente de San Sebastián", según Gutiérrez Aragón. Su mismo rodaje ha vivido la dualidad que representa. Algunos actores vascos han rechazado participar en ella, por el silencio que impera ante la amenaza etarra, y otros tantos han sido los que se han acercado, "cuando nadie les veía", a agradecerles que se hable de este "mal sueño" que se vive en el País Vasco.

Para los actores 'Todos estamos invitados' también ha servido para conocer más a fondo ésta realidad. José Coronado reconoce que ahora "me he dado cuenta de los que se quedan". Jaenada, por su parte, al interpretar al terrorista amnésico se ha preparado el personaje introduciéndose en al mundo abertzale, "estudiando el cantábrico, visitando bares, callejeando y escuchando a la gente".

Óscar Jaenada admite que al tratar de crear una empatía con los terroristas se ha dado cuenta de que hay "ciertas cosas difíciles de entender". La mirada extranjera de Vanessa Incontrada también se abre a la complejidad de la situación en el País Vasco, que desde fuera y en un primer momento "parece que es un problema que se puede solucionar".

Realidad social, triángulo amoroso, representación de la integridad y la "no vida" de muchos vascos en una película que hace mella en todos aquellos sensibilizados con la violencia en Euskadi. Como intenta transmitir: 'Todos estamos invitados' a mirar de frente a los ojos del terror.