La curiosa máquina de vending de la Basílica del Pilar de Zaragoza
La Basílica del Pilar de Zaragoza es uno de esos lugares que hay que ver por lo menos una vez en la vida
Recibe un gran número de visitantes, por eso no ha dudado en adaptarse a la situación
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MadridHay lugares que esconden secretos y eso en muchas ocasiones es todo lo que se necesita para escogerlos como destino. Zaragoza es uno de esos rincones del mundo, uno de los que parecen estar en un segundo plano, pero al que siempre se quiere regresar tras la primera visita, porque consigue dejar al viajero con ganas de más. Un lugar por el que se puede ir paseando (siempre que el cierzo lo permita) mientras se descubren todos esos lugares que forman parte de su esencia, de su historia y de su magia.
Son muchos quienes han estado en esta ciudad, han pasado por la imprescindible Basílica del Pilar y no se han dado cuenta de la presencia de una curiosa máquina de vending. No tienen más remedio que regresar, por supuesto.
La curiosa máquina de vending de la Basílica del Pilar de Zaragoza
Si vas a Zaragoza es imprescindible acudir a la Basílica del Pilar, es algo impensable pasar por la ciudad por primera vez y saltarse la visita a este lugar de culto. Una vez que se ha llegado hasta allí, no son demasiados los que se resisten a llevarse un recuerdo. Si tuviera playa, es probable que la gente se llevara alguna concha, si habláramos de un paseo por el campo, tal vez se regresaría con una flor o una piedra (por mucho que todas esas cosas estén muy poco recomendadas o incluso prohibidas); pero, más allá de la típica foto, si hay un recuerdo que se asocia con la Basílica, es la medida de la Virgen.
Esto puede sonar extraño, pero solo hay que dar un paseo por la zona y prestar un poco de atención para ver un elemento que se repite y es común a la gente que visita este lugar: suelen llevar en la muñeca o atado a maletas, bolsos y mochilas, un trozo de cinta, de colores diversos. Esto es lo que se conoce como ‘medida’, porque tiene un tamaño que es la medida de la Virgen, es decir, lo que la talla mide de alto, la cinta lo mide de largo, por eso recibe ese nombre.
Estas medidas pueden comprarse por 1 euro en la pequeña tienda que hay, un lugar al que acuden los cientos de visitantes con la intención de llevarse un recuerdo, algo que hace que se formen largas colas, lo que puede hacer que muchas personas se piensen seriamente si les merece la pena e incluso se vayan sin su cinta.
Esto no es un problema, porque en su máquina de vending lo único que está a la venta son estas medidas. El precio es el mismo, por un euro se puede tener este recuerdo gracias a esta máquina que no vende comida ni bebida, solo recuerdos, y que, a pesar de que el precio es cerrado, admite billetes de 5 y 10 euros.
La máquina está en el interior de la Basílica y se puede encontrar siguiendo la ruta habitual una vez que se entra al templo, caminando hacia la derecha.
