Un 'cocodrilo' sorprende a los turistas en el Parc de la Mar de Palma de Mallorca

La pieza mide tres metros de largo, pesa unos 150 kilos y está elaborada con un mortero especial que resiste el agua de mar
La escultura del cocodrilo mide tres metros de largo, pesa unos 150 kilos y es resistente al agua de mar. Europa press
  • Los visitantes del Parc de la Mar en Palma se sorprenden al descubrir un aparente cocodrilo flotando en el pequeño lago junto a la Catedral de Mallorca

  • Se trata del Drac de na Coca, una escultura creada por el artista Ricard Chiang

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Los visitantes que recorren estos días el Parc de la Mar en Palma se quedan asombrados al descubrir un aparente cocodrilo flotando en el pequeño lago junto a la Catedral de Mallorca.

Muchos creen que el animal está vivo, reaccionan con asombro y lo fotografían, pero en realidad se trata del Drac de na Coca, una escultura creada por el artista Ricard Chiang, instalada recientemente en el lugar para rendir homenaje a una conocida leyenda palmesana.

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Una obra flotante y resistente

La pieza mide tres metros de largo, pesa unos 150 kilos y está elaborada con un mortero especial que resiste el agua de mar. Su estructura es hueca, lo que le permite flotar de forma estable, y está anclada al fondo con cadenas de acero inoxidable para evitar desplazamientos.

La leyenda del Drac de na Coca

El Drac de na Coca es un ser mítico de Palma cuya leyenda data del siglo XVII. Según la historia, era un dragón feroz que habitaba en las alcantarillas cercanas a la calle Portella y al barrio judío del Call, y que salía por las noches causando desapariciones y sembrando el pánico entre los ciudadanos.

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El relato narra cómo el capitán Bartomeu Coch, un noble militar local, se topó con la criatura durante una visita nocturna a su amada. En un acto de valentía, la enfrentó y logró abatirla, presentando el cuerpo como prueba de su heroísmo y amor.

Un cocodrilo convertido en mito

Con el tiempo se descubrió que no se trataba de un dragón, sino de un cocodrilo africano que posiblemente llegó a la ciudad a bordo de un barco y se ocultó en los canales subterráneos árabes. El animal fue posteriormente embalsamado y se conserva en el Museo Diocesano de Palma, donde se ha convertido en uno de los símbolos folclóricos más reconocidos de la ciudad.

Ahora, una recreación artística de la criatura se muestra a la vista de los turistas junto al lago salado, a los pies de la emblemática Catedral, sorprendiendo a quienes pasean por la zona este verano.