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Por qué los teclados no están en orden alfabético: el origen del QWERTY y su historia curiosa

Los ordenadores y móviles tienen teclados QWERTY. Clint Patterson/ Unsplash
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MadridNos hemos acostumbrado a verlo de esta manera, tanto es así que al ver un teclado, ya sea del ordenador o del teléfono móvil, ni siquiera nos planteamos el motivo por el que las teclas ocupan ese lugar y no otro. Si intentamos pensar en la forma en la que ordenaríamos las letras, lo cierto es que es probable que el orden del alfabeto sea la primera opción que nos venga a la mente, sin embargo, es el teclado QWERTY el que ha triunfado y se ha extendido, ¿a qué se debe esto?

El origen del QWERTY y su curiosa historia

El uso del teclado QWERTY no es una moda que se haya impuesto en ordenadores y dispositivos electrónicos actuales, es una herencia de las máquinas de escribir del siglo XIX, lo que ya nos invita a hacernos una idea de que su elección no fue cosa del azar o una manía que se impuso, es algo deliberado. 

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Latham Sholes participó en el diseño de la primera máquina de escribir, en el siglo XIX, también está considerado el creador del teclado QWERTY, que se llama así porque ese es el orden que ocupan las primeras letras de primera fila si las vemos de izquierda a derecha. No está del todo claro el motivo por el que las letras se colocaron de esta manera, pero todo apunta a que está relacionado con el sistema de funcionamiento de las teclas en las máquinas de escribir

Al pulsar una de ellas, una varilla se eleva golpeando el papel que está colocado para ello, todas esas piezas están colocadas formando una especie de semicírculo quedando en el centro el punto de unión que se mantiene fijo y en la parte más amplia la zona que se eleva y donde está grabada la letra. El teclado QWERTY parece estar diseñado para evitar pulsar demasiado deprisa y que las varillas se enreden entre ellas. Además, las letras menos usadas quedan en el centro, que el lugar que más riesgo de choque tenía. 

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Al pasar de las máquinas de escribir al ordenador, lo mejor era mantenerlo para evitar tener que volver a aprender mecanografía. Eso y que se trata de un sistema que funciona, ¿para qué cambiarlo?

La intención de Sholes era agilizar el sistema de escritura, su carrera estaba muy ligada al periodismo y en esa profesión la rapidez es una virtud. Realizó estudios minuciosos, las estadísticas de las letras, fue un trabajo arduo que necesitó muchas pruebas y cuyo resultado fue este alfabeto y la máquina que necesitaba para emplearlo. Vendió la patente a James Densmore, que había financiado sus investigaciones. 

Este vendió los derechos de fabricación a E. Remington and Sons, fabricantes de los rifles que llevan su nombre, ellos tenían los medios para fabricar las máquinas a un precio que fuera comercial, y así lo hicieron. Así, tal y como señalan en La Vanguardia, en 1878 salió al mercado la Remington No. 2, un modelo muy similar a las máquinas de escribir que conocemos.