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¿Por qué nos da "dentera" al oír un tenedor arañar un plato? La sorprendente explicación neurológica

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Por qué sentimos dentera ante algunos ruidos. Unsplash
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MadridHay determinados sonidos que producen en nosotros reacciones físicas, una de estas reacciones puede ser la dentera, grima o tiricia. Nada más escuchar determinados sonidos, como un tenedor rascando un plato, las uñas arañando la pizarra o una silla siendo arrastrada por el suelo, sentimos un escalofrío, una tensión muscular y la necesidad de dejar de oírlo. 

Es posible que suceda también más allá del sonido, algunas personas tienen estas mismas reacciones ante determinados tejidos o al tocar algunas texturas. De hecho, es probable que suceda solo con pensar en ello, pero ¿por qué sucede esto?

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¿Por qué nos da "dentera" al oír un tenedor arañar un plato?

La dentera es una sensación que todo el mundo experimenta, aunque no todos con los mismos sonidos o en la misma medida. Sin embargo, parece que hay ciertos sonidos que provocan una mayor reacción y los investigadores hace tiempo que llegaron a la conclusión de que se trata de los sonidos agudos. Al parecer, son las frecuencias que están entre 2.000 y 5.000 Hz las que más molestas resultan. 

Los motivos de que esto suceda no están claros, pero en general se considera que puede estar relacionado con nuestros ancestros, con la evolución, y ser una cuestión de supervivencia. En un entorno más salvaje, como pueden ser las selvas en las que en algún momento se vivió, estos sonidos agudos, similares a los chillidos de algunos animales, se convirtieron en indicativo de peligro, una señal de alerta que sigue haciendo que nuestro cerebro reaccione, activando el sistema de lucha o huida. 

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No existe una teoría definitiva que explique el funcionamiento de este sistema, pero un estudio realizado por Sukhbinder Kumar, del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Newcastle, señalaba que podía ser consecuencia de la activación de una amígdala cerebral que está relacionada con las emociones y el miedo. Al activarse, desencadenaban las señales de aviso a la corteza cerebral, llamando la atención sobre un peligro inminente, aunque actualmente ya no exista. 

Hay otras teorías que señalan que nos resulta especialmente molesto por la biología del oído, por la estructura del canal auditivo, que amplifica estos sonidos que se producen en esas frecuencias, ampliándolos y haciendo que resulten más molestos. Esto también podría explicar por qué para algunas personas resultar excesivos, mientras que otras sobrellevan estos sonidos bien. Las diferencias anatómicas serían la clave. 

También, tal y como explican en National Geographic, podría deberse a factores culturales. Nos molestas estos sonidos porque desde pequeños aprendemos que son molestos observando las reacciones que se producen a nuestro alrededor. Las reacciones negativas refuerzan la idea de que es algo negativo.

Parece que no hay una única teoría o una que llegue a eclipsar a las demás, pues todas ellas tienen una base lógica. No existen estudios que hayan dado una respuesta única y clara a los motivos por los que algunos sonidos determinados nos dan dentera, aunque la versión que defiende que es por supervivencia parece ser la que más aceptación tiene y está más respaldada.