Decidió montar ‘Córner Store’ cuando vio que su colección se le había “ido de las manos” y ya tenía más de 3.000 camisetas
Ha llegado a vender piezas por más de 3.000 euros en subastas y ya sólo recopila para su colección personal las del Real Madrid
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Edu era sólo un adolescente cuando su pasión por el fútbol en general y por el Real Madrid, en particular, le llevó a comprar su primera camiseta. Era de la selección portuguesa y con el 7 de Figo a la espalda. Apenas acababa de comenzar el siglo XXI y Edu no sospechaba que lo que era una simple compra puntual reflejo de la admiración por su ídolo terminaría convirtiéndose en una religión e incluso en un modo de vida.
A la camiseta de Figo le siguió otra, y otra, y otra, y otra… Así, hasta superar las 3.000. Edu no las ha llegado a contar nunca y menos aún ahora que entran y salen constantemente en el día a día de ‘Córner Store’, el negocio que ha montado en el corazón del madrileño barrio de Malasaña alrededor de su pasión por las camisetas de fútbol vintage.
“Siempre había querido tener una tienda, pero no específica de camisetas de fútbol, sino de ropa antigua, que era lo que se me daba bien, pero con la colección me hice con tantas camisetas de equipos que mezclar las dos ideas era perfecto. De ahí surgió ‘Córner Store’”, nos explica Edu mientras atiende a Beatriz, una chica que busca un regalo para su hermano y se ha ‘enamorado’ de una elástica de Valerón del Deportivo.
Edu siempre ha sido un apasionado del fútbol, pero en el último lustro mira más hacia el negocio que hacia la diversión. “Vi que las camisetas tenían tirón y que ahí había negocio así que enfoqué la tienda en eso, aunque sin dejar de lado la ropa para contentar a todo el mundo”, comenta.
Costear su propia colección
Detrás de ‘Córner’ se esconde, sin embargo, una necesidad: la de sostener su propia colección: “La tienda nace de mis propias camisetas y de mi deseo de continuar coleccionando. Decidí convertir mi colección en negocio cuando vi que para costearla tenía que comprar y vender. Empecé a hacerlo y noté que tenía tirón. No buscaba piezas mejores, sino camisetas que me interesasen”.

De hecho, él está centrado en el blanco: “Mi colección es únicamente de camisetas del Real Madrid. Me gustaría tener una de Di Stéfano, pero no me vuelvo loco por ella porque no es un fútbol que haya vivido. Me vuelvo más loco por una de Redondo, Míchel o incluso Cristiano. También tengo de otros equipos y jugadores, como de Maradona o de Futre, y estoy dispuesto a cambiarlas por alguna del Madrid”.
Me gustaría tener una de Di Stéfano, pero no me vuelvo loco por ella porque no es un fútbol que haya vivido
Este curioso coleccionista no sabe cuánto se ha gastado en camisetas para su propia colección, aunque tiene claro el precio máximo que paga por las que va a exponer y vender en Córner. “No tengo claro cuánto he invertido en mi colección. Se me ha ido de las manos y casi prefiero no saberlo. He comprado camisetas por tres o cuatro euros, pero también he pagado más de 100 por algunas que me interesaban. Para la tienda no suelo pagar más de 100 euros por ninguna, porque las vendo entre 100 y 150 y no es muy rentable invertir 120 para ganar 30".
Las elásticas por las que Edu siente devoción son las que se exponen en la zona alta de su pequeño negocio. Esa fila, inaccesible para el cliente o para el curioso, es la joya de la corona. Ahí encontramos camisetas firmadas por Butragueño, por Raúl o por Redondo. Pero también otras de Pantic o de Futre. “Yo soy del Madrid pero sé reconocer cuándo una camiseta es importante”, apunta Edu.
No tengo claro cuánto he invertido en mi colección. Se me ha ido de las manos y casi prefiero no saberlo
Esas prendas exclusivas, por cierto, no están a la venta. Han llegado a manos de Edu a través de sus “contactos” en el mundo del fútbol. De hecho, él mismo reconoce que a día de hoy no le cuesta llegar a determinados vestuarios para hacerse con una firma o con una camiseta. “Conozco a mucha gente que trabaja en el mundo del fútbol y que me ayuda”, explica.
Desde 50 euros
En 'Córner' se exponen cientos de piezas a pesar de que no ocupa más de 15 metros cuadrados. Los precios oscilan entre los poco menos de 50 euros de las más baratas y los varios centenares de las más complicadas de conseguir. “No tienen un precio, depende del interés de la persona y del momento”, señala.

En lo que no duda un instante es a la hora de reconocer a las aficiones más interesadas en sus productos. “Las camisetas que más se venden ahora son las del Deportivo, el Oviedo y el Racing. Son equipos con aficiones muy cerradas, y, aunque estén en Segunda división, la gente sigue interesada en sus camisetas antiguas”.
Una vez identificadas las aficiones más compradoras, Edu también se atreve a apuntar un rango de edad de potenciales clientes que saben apreciar lo que vende. “El perfil de mis clientes es variado, pero el que más compra está sobre los 40 años. También vendo a gente más joven, aunque muchos no entienden la diferencia entre las camisetas antiguas y las actuales y no las valoran”.
Muchos no entienden la diferencia entre las camisetas antiguas y las actuales y no las valoran
Entre los que sí saben apreciar ese aroma retro de 'Córner' están los clientes ilustres que de vez en cuando se asoman a la tienda. El último que recuerda Edu es Álvaro Benito, exjugador del Real Madrid, aunque no es el único, si bien no todos se interesan presencialmente. “A los de Primera y Segunda les resulta complicado venir por todo lo que generan a su alrededor. Muchos me preguntan por algunas cosas por redes sociales”.
Las referencias que se pueden encontrar en la tienda van cambiando. Edu maneja varios miles de camisetas que entran y salen del establecimiento. “Cuando decidí abrir la tienda, tenía unas 3.000. Las guardaba en un almacén, en casa de mis padres y en dos habitaciones libres de mi casa. De hecho, mis padres no tienen muy claro que me haya ido de casa, porque, una vez me fui, mi habitación se llenó de camisetas", bromea.
Cuando decidí abrir la tienda, tenía unas 3.000. Las guardaba en un almacén, en casa de mis padres y en dos habitaciones libres de mi casa
Entre todas esas piezas de coleccionista, Edu señala una como la más especial. Lo era por su significado y lo sigue siendo pese a que ya no está en sus manos. Ahora es uno de los pilares del negocio. “La camiseta más especial que he tenido fue una del Real Madrid de la Champions de 2009, la segunda equipación, sin publicidad, usada por Cristiano Ronaldo. La tuve que vender para costear parte del negocio”, confiesa para después puntualizar que aún conserva otras que no le van a la zaga a la de CR7: “Tengo camisetas usadas por Kaká, Hugo Sánchez, Morientes y otros jugadores que también son muy valiosas".

Sin embargo, Edu no es un coleccionista convencional, ya que otorga el valor de sus piezas en función de lo que significan para él y no para el resto de coleccionistas o interesados. Él lo explica así: "Para mí, el valor de una camiseta no siempre está en lo difícil que sea conseguirla. Por ejemplo, alguien podría decir que una camiseta del Logroñés es más rara o exclusiva que una del Madrid, pero yo le doy valor a lo que significa para mí".
El valor de una camiseta no siempre está en lo difícil que sea conseguirla
Por eso, Edu, al contrario que la mayoría de los buscan este tipo de prendas, no le da especial relevancia al hecho de conseguir el autógrafo del protagonista. “La firma de un jugador no siempre aumenta el valor de una camiseta. Para mí es más relevante el significado personal. Por ejemplo, tengo una camiseta firmada por Figo, pero no le subiría mucho el precio por eso", asevera.
Los precios de las subastas
Este modo de afrontar la mezcla entre su pasión por el coleccionismo, su madridismo y su negocio le ha llevado a conseguir grandes cantidades por algunas ventas: "He vendido camisetas a precios muy altos. Alguna ha superado en las subastas los 3.000 euros. Es cierto que ahora la gente no hace tantas locuras, pero todavía hay quien paga 600, 700 u 800 euros por una camiseta".
Durante la charla han entrado a la tienda distintos curiosos además de Beatriz, que ha terminado llevándose la camiseta de Valerón. “Esa es posterior al 'Centenariazo', pero es de cuando el Dépor le metió seis al Madrid”, rememoran juntos.
Esta anécdota nos lleva directamente a otro tema espinoso cuando se habla sobre camisetas futboleras. Las falsificaciones están a la orden del día, lo cual podría ser un problema para el negocio de Edu, aunque él no lo ve así. "Las camisetas antiguas son más difíciles de falsificar porque los materiales y los detalles, como los escudos bordados, envejecen de una manera específica. Es más fácil falsificar una camiseta actual que una de los 80 o 90", reflexiona.

Incluso va más allá haciendo alusión a otro tipo de ‘detalles’ que dan solera a determinadas piezas: “Los defectos de una camiseta, como los enganchones o las pelotillas, son una buena señal. Indican que es una camiseta de su época. No quiero camisetas vintage nuevas, porque eso me parece sospechoso”.
Edu, más allá de las pelotillas, es un experto en analizar cada detalle de las elásticas que le llegan procedentes de los 80. En aquella época no se falsificaban como ahora y, además, se vendían muy pocas porque no estaba tan extendida esta afición, con lo que es más probable que las camisetas que caigan en sus manos sean auténticas.
Aún así, él toma nota y estudia detalles como las publicidades, los dorsales pintados, el bordado de los escudos o incluso las etiquetas con las iniciales de los propios jugadores, una costumbre que era habitual en los vestuarios de los 80.
La charla toca a su fin, entra otro cliente (o curioso) en la tienda y dejamos que Edu le atienda. Él sueña con que algún día ese curioso (o cliente) sea Cristiano Ronaldo. Quién sabe. Si lo hace se encontrará un lugar donde ver, tocar, oler y sentir el fútbol de otra época.

