Empresario y con serios problemas económicos, este es el perfil de quien recurre al divorcio por conveniencia. "De esta manera se declara insolvente y cuando quieren llegar los embargos por los impagos acumulados no hay nada que poderle reclamar porque la mujer se ha quedado con todo". Quien habla es José María Vilamajó, un detective que está investigando esta práctica cada vez más habitual. Muchos acreedores llaman a su puerta en busca de pruebas que aclaren que el divorcio de quien les debe dinero ha sido una tapadera para no pagarles.
"Seguimos durante varios días al empresario y demostramos que sigue viviendo con su mujer, que hace la misma vida... aunque toman ciertas precauciones".
Las imágenes de vídeo no dejan lugar a dudas. Dos empresarios insolventes y divorciados llevan a sus ex mujeres escondidas en los asientos traseros del coche. Salen del garaje cada día y regresan por la tarde de la misma manera. Evitan que alguien les vea porque están cometiendo dos delitos. "Uno de alzamiento de bienes, penado con uno a cuatro años de prisión y otro de falsedad en documento público cometido por particulares por el que se pueden enfrentar a otros tres años más".
"Están utilizando a la administración de justicia para cometer su delito de alzamiento de bienes", nos comenta el abogado Antonio Duelo, "es algo muy grave". Con la crisis los despachos matrimonialistas han observado cómo ha crecido este tipo fraude. "Algunas parejas llegan al despacho y desde el principio vemos que van de la mano en todo. No hay discusión y observamos que el único interés que existe es atribuir a la esposa todos los bienes para que el marido se coloque en situación de insolvencia y defraudar así a los acreedores" nos cuenta la letrada Sandra Burgos.
En su despacho la visita de parejas con intenciones de realizar esta trampa se han incrementado un 30%. Si al final tienen suerte y encuentran quien les lleve el caso la maniobra es perfecta porque al divorciarse conservan el patrimonio, aunque a nombre de la mujer, y además, al producirse la resolución por vía judicial el cambio de titularidad no lleva aparejado ningún tipo de impuesto. Les sale completamente gratis. Pero, no siempre la jugada sale bien. En la mayoría de los casos, un detective termina descubriendo la trampa y al final los impostores acaban ante la justicia.
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