Misión BCE: traer de vuelta la inflación al 2%, cueste lo que cueste

  • ¿En qué se traduce la histórica subida de tipos del Banco Central Europeo de este jueves y por qué seguirán subiendo las hipotecas?

  • La crisis energética y la incertidumbre pasará factura a la economía de la eurozona que podría llegar a caer un -0,9% en 2023

  • El BCE anuncia más subidas en sus próximas reuniones porque los tipos actuales están "muy lejos" de poder reducir la inflación

Cuando decíamos que en otoño venían curvas, la primera lógica imagen era Vladímir Putin cerrando el grifo del gas. Esto ya ha ocurrido. Ahora hay que sumar a este viaje al Banco Central Europeo (BCE) subiendo los tipos de interés. La entidad ha encarecido de golpe el precio del dinero en 75 puntos básicos, algo nunca visto en la historia del euro. El precio oficial del dinero se eleva del 0,5% al 1,25%, su nivel más alto desde el año 2012.

Pero este recorrido acaba de empezar. Esperen más subidas en las próximas reuniones. Estamos “muy lejos”, decía la presidenta Christine Lagarde, del nivel en el que deberían estar los tipos de interés para reducir la inflación. Atención: “Muy lejos”.

Andaba últimamente el banco preocupado en cómo explicar mejor a la ciudadanía su política monetaria. Prueba de ello las incursiones en redes sociales de algunos de sus miembros destacados. La traducción de lo acontecido este jueves podría ser: “Si tiene un préstamo a un interés variable prepárese porque le va a subir mucho más. Lo mismo para las empresas que quieran pedir un crédito”.

El público no experto no entenderá por qué de todos los momentos posibles el BCE ha elegido precisamente éste para poner las cosas más difíciles a las familias y los negocios. Bastantes problemas tienen gestionando las finanzas domésticas/coste de producción con una inflación disparada.

La respuesta suscitará más interrogantes: al banco central le preocupa la deriva de los precios y al mismo tiempo admite que no está en su mano reconducir el coste de la energía, la electricidad o los alimentos. “Esto es el trabajo de otro”, aclaraba Lagarde. Entonces, ¿para qué suben los tipos? Para tratar de controlar lo que la gente piensa de la inflación o dicho de manera más técnica: influir en sus expectativas.

El BCE espera que sus decisiones manden una “señal contundente” a la ciudadanía de que, al menos ellos, “contribuirán a reducir la inflación”. El manual del banquero central receta adoptar estas difíciles decisiones cuando los datos indican que los precios subirán más de lo deseable durante más tiempo -- la previsión es que en 2023 la media del IPC sea un 5,5% --.Por supuesto que subir tipos tiene un coste de menor crecimiento económico, pero es un mal menor comparado con un periodo prolongado de inflación a lo loco, dice el libro.

En 2023 se materializarán en la actividad todas las malas noticias con las que arranca la vuelta de las vacaciones. La economía europea ya no crecerá un 2,1% sino menos de la mitad: un 0,9%, según la última previsión del BCE. Eso, en el mejor de los casos. En el peor -- y la tozuda realidad camina en esa dirección-- el PIB de la zona euro caerá un -0,9%. Esos datos no alterarán el camino que se ha marcado el BCE de seguir subiendo tipos.

Hubo una frase que hizo famoso al anterior presidente del BCE y que salvó al euro en el año 2012: “haremos todo lo que sea necesario” (whatever it takes, en inglés), dijo Mario Draghi en plena crisis de deuda soberana. La determinación parece intacta, como una misión de Buzz Lightyear. Ya en sus pantallas, 'Misión BCE: volver a una inflación del 2%, cueste lo que cueste'.