Las empresas no están obligadas a permitir a sus trabajadores la carga de sus motos eléctricas

  • Solo un 0,6% de las matriculaciones son eléctricas

  • Muy lejos de cumplir el objetivo del gobierno para el 2030

Los vehículos eléctricos no terminan de triunfar en España. Ahora mismo suponen tan solo el 0,6 por ciento de las ventas y estamos muy lejos de cumplir el objetivo del gobierno para 2030 que pretende que más de la mitad del parque automovilístico sea híbrido o eléctrico. Uno de los grandes problemas es dónde encontrar un punto de carga cercano. Tampoco las empresas se lo están poniendo fácil a sus trabajadores.

Usted puede ser de los que quiere apuntarse al vehículo ecológico: Hablemos por ejemplo una moto eléctrica que tan solo necesita un enchufe. Pero se encuentra con el problema de cómo cargarla en el trabajo. La empresa no tiene obligación de permitirle el enganche a su red eléctrica, esto dependerá del convenio o de los permisos porque de lo contrario el trabajador podría recibir una amonestación.

De hecho, el pasado mes de julio, un empleado se le abrió un expediente en su empresa por cargar de forma diaria la batería de su moto eléctrica que utilizaba para ir a trabajar. El empleado, que había estado cargando su ciclomotor de forma repetitiva y sin permiso de la empresa, puede llegar a ser despedido por abusar de los recursos de la compañía.

El coste dependerá del consumo, de la compañía de luz, o de la potencia de la batería, pero hablamos de un máximo de 5 euros al mes en grandes ciudades.

La situación hoy por hoy es aislada (solo un 0,6% de las matriculaciones son eléctricas, lejos del 15% al que se pretende llegar para 2030) pero el incremento de este nuevo parque móvil eléctrico abre el debate sobre hasta qué punto las empresas deben facilitar y fomentar el cambio hacia un mundo, más sostenible