Adam Smith hablaba de dejar que el libre mercado controlara la actividad económica. La producción, los precios y el reparto de los recursos se decidirían en función del comportamiento de éste. Corría el siglo XVIII y el filosofo escocés estaba definiendo el sistema que regiría el mundo: El capitalismo.
Ahora, en pleno siglo XXI los mercados mundiales tiemblan y los Estados acuden en rescate del sistema financiero. La crisis financiera ha dado paso al intervencionismo político en los parqués internacionales.
Todo empezó con las ya famosas 'hipotecas subprime' de EEUU y los recortes de tipos de interés. Una apuesta arriesgada por un producto financiero que terminó muriendo de éxito. La avaricia rompió el saco. Los bancos, a los que los ciudadanos no podían pagar, comenzaron a prestarse un dinero que no tenían. La situación acabó con una crisis histórica de confianza que repercutió inevitablemente en la economía mundial.
A día de hoy, pasado sólo un año, las turbulencias en el sistema mundial dejan caídas históricas en las bolsas, entidades financieras hundidas o al borde del hundimiento, medidas como el rescate millonario de EEUU, el plan anticrisis de Zapatero o la última decisión del Gobierno de Argentina de nacionalizar el sistema privado de pensiones que ha puesto en jaque a la bolsa española.
En busca de una solución
La primera gran cita es en China, donde 45 países de Europa y Asia hacen un diagnóstico de la crisis económica internacional y dan sus recetas para reformar el sistema financiero. En esta cumbre si estará España, representada por Zapatero, que no pierde la esperanza de que se haga un hueco a nuestro país en la "cumbre de las cumbres" que se celebrará el próximo 15 de noviembre.
El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, habla del "regreso de la política" a la esfera económica ante lo que califica de "la muerte de la dictadura del mercado y la impotencia de lo público". Comienza a hablarse de refundar el capitalismo. Dirigentes de todo el mundo reclaman reformas financieras para dar al Estado mayor control y regulación sobre el sistema económico.
Pero los hay que van más allá y hablan de ruptura. Al frente de esta idea, Hugo Chávez y su convicción de un sistema socialista para que Venezuela asuma las riendas de su propio desarrollo económico. Su recomendación al FMI: "Que se suicide".
Se aceptan propuestas
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