Efecto Venturi o cómo los edificios de la ciudad pueden dominar el viento

  • El aire aumenta de velocidad cuando se ve canalizando entre edificios

  • Ocurre de manera natural en el Estrecho de Gibraltar

  • El viento es fundamental en la planificación de construcción de edificios

Habrás notado alguna vez, si vives en una ciudad, que al pasar entre edificios altos hay veces que el viento te despeina de repente. Fuera de la metrópoli ocurre también, por ejemplo en el Estrecho de Gibraltar, que puede registrar ráfagas de 80 km/h cuando en los alrededores apenas se alcanzan los 30 km/h. Esto responde a un efecto que en física se conoce por efecto Venturi o tubo de Venturi, por el cual un skyline puede ‘dominar’ el viento.

El efecto Venturi del viento

En palabras de María del Carmen Moreno García, que ha publicado numerosos análisis enfocados a la meteorología en Cataluña, el efecto Venturi se refleja en “el aumento de la velocidad que se produce cuando el aire se ve canalizando entre edificios convergentes y obligado a pasar por un lugar más estrecho”, dice en su 'Climatología urbana'.

En física, se explica por la disminución de la presión de un fluido en movimiento al aumentar la velocidad cuando atraviesa una parcela más estrecha de un tubo, de ahí que se nombre también ‘tubo de Venturi’. Fue bautizado así en por el científico italiano Giovanni Battista Venturi, que descubrió este efecto en 1797.

El Estrecho de Gibraltar

En el caso del Estrecho de Gibraltar, los accidentes geográficos como las montañas de la costa andaluza y las del Rif, actúan de barreras a ambos lados cuando sopla viento de levante (del este). El resultado es una aceleración del viento bastante notable que muchas veces pone en riesgo a las aves en sus migraciones.

Un conocido de los arquitectos en la ciudad

En las ciudades, el efecto Venturi se produce en las calles con edificios elevados. “El viento es el enemigo principal de un rascacielos”, dice en uno de sus famosos hilos el arquitecto Pedro Torrijos. En la construcción de las cuatro torres de Madrid, el barrio financiero de Berlín o del mismísimo East Side de Nueva York, se ha tenido en cuenta el aire. O mejor dicho, el aire manda.