Este año los paraguas acompañan a las peinetas, los jinetes se bajan del caballo para cruzar los grandes charcos y los zapatos de tacón se clavan en el barro de las playas andaluzas. Tal y como vaticinaban las previsiones, la lluvia y el viento están protagonizando estas fiestas de El Rocío.
Las hermandades que embarcaron ayer en la playa Bajo Guía de Sanlúcar de Barrameda necesitaron toda la mañana para cruzar el Gudadalquivir. Las condiciones meteorológicas fueron peores que las sufridas por las primeras hermandades en emprender el camino el pasado martes, según ha informado el Diario de Cádiz.
Lo que tradicionalmente es un día de fiesta grande, el miércoles de embarque, en la que participan miles de peregrinos gaditanos ha terminado siendo un mero tránsito por la playa sin la alegría y bailes que en años anteriores. Sin embargo, la fe y la ilusión rociera permanece muy presente entre los cofrades.
A pesar de que las autoridades destacan la "normalidad y fluidez" con la que se está realizando el recorrido, ayer se confirmó el cambio de recorrido de las hermandades en la romería de este año. La causa, charcos de hasta un metro y medio de longitud.