Julio está a punto de acabar y podemos afirmar con rotunidad que ha sido un mes muy, muy raro: hemos pasado por dos importantes olas de calor, seguidas de desplomes de temperatura extraordinarios, granizadas, reventones y galernas. Y parece que hasta el último día no va a parar de darnos algún dolor de cabeza, pues se esperan aún algunos tormentones en la mitad norte del país la madrugada del miércoles al jueves.
En total, 10 provincias tienen los avisos activados por las tormentas, que se espera que sean más fuertes en Navarra, Álava y Guipúzcoa. Allí el riesgo es importante, lo que significa que los chaparrones tormentosos pueden ser muy organizados y generalizados durante la próxima noche, llegando a registrar lluvias y/o vientos localmente fuertes.
El resto de provincias afectadas por las tormentas serán Huesca, Zaragoza, Cantabria, Burgos, Soria, La Rioja y Vizcaya. Excepto en las tres primeras regiones mencionadas, en el resto también hay aviso por lluvias, por acumulaciones de más de 15-20 mm en una hora.
Se trata de una situación de cierta intensidad pero que no se alargará mucho en el tiempo. De hecho, a partir del viernes se disipan todos los avisos y solo encontramos algunas provincias del sur peninsular en riesgo por altas temperaturas. Las lluvias y las tormentas habrán sido historia.
Por si fuera poco, el jueves también se ha activado el aviso amarillo por 'rissagas' o 'meteotsunamis' en Menorca. Se trata de un fenómeno muy particular que normalmente ocurre solo en esa zona en el Mediterráneo, y que consiste en una enorme ondulación del mar.
El origen está en que confluyen en un pequeño espacio una zona de bajas presiones y una zona de altas. Esto hace que aumente el movimiento del mar, creándose olas que pueden ser de cierta importancia y que pueden dar como resultado ‘tsunamis’ en las islas de mucha intensidad. En este caso no se espera que la ondulación sea extremadamente peligrosa, pero habrá que ir con precaución para que no nos pille desprevenidos en la zona.