El entierro del agente fallecido ha provocado la congoja y la emoción en la Iglesia de Santiago, en Don Benito, la localidad natal del guardia civil. Sus compañeros lo han despedido portando el féretro con la bandera nacional con un crespón negro, entre los aplausos de los vecinos y el himno de la Guardia Civil y el del homenaje a los caídos La muerte no es el final. Todos ellos han recordado el carácter generoso y la entrega del fallecido, algo que ha demostrado hasta el final de sus días.
E guardia civil tenía solo 50 años y encontró la muerte después de media en una pelea. A Juan Francisco Lozano Díaz le esperaron para matarle. El guardia civil estaba destinado en Zarauz (Guipúzcoa) y fue agredido en la parte del tronco superior por tres personas. La víctima fue atendida por ambulancia medicalizada comisionada por 112 Extremadura y tras realizar la reanimación cardiopulmonar (RCP) durante una hora aproximadamente se certificó su fallecimiento.
Un entierro a lágrima viva
Tras la tradicional 'cabezá', en la que todos los asistentes dan el pésame pasando por delante de la familia, los agentes de la Guardia Civil han sacado el féretro de la iglesia de Santiago. Decenas de agentes, la mayoría de Badajoz y Zarautz, donde Juan Lozano llevaba destinado 8 años, han cantado el himno de la Guardia Civil y 'La muerte no es el final', con el que las Fuerzas Armadas honran a los caídos, delante de la familia del agente asesinado.
A la llegada del coche fúnebre se ha producido un aplauso improvisado por los vecinos de la localidad pacense. El agente asesinado estaba divorciado, tenía dos hijos (Carla y Manuel), dos hermanas, pareja y era muy querido en Don Benito.
Las palabras de sus compañeros hablan de un trabajador excepcional entregado a la ayuda de los demás. Y lo demostró hasta el final si nos atenemos a las circunstancias que han rodeado su muerte.
La Policía Nacional considera que dos de los hermanos detenidos por este fallecimiento violento han podido cometer un homicidio mientras que a las otras dos personas detenidas por el suceso, un tercer hermano y otro amigo de ellos, les acusa de encubrimiento. El caso lo asume el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de la localidad de las Vegas Altas.