Desde el primer momento en el que comenzara, el pasado 19 de septiembre, la erupción del volcán en Cumbre Vieja la patrullera Pico del Teide del servicio marítimo de la Guardia Civil ha estado presente en el litoral de Tazacorte realizando la vigilancia de la zona costera.
Ahora, casi tres meses después y con la erupción parada, el brigada Francisco José Frías Jiménez confiesa los difíciles momentos que han vivido en su labor de proteger y servir a los vecinos afectados. "Nuestra misión ha sido la de garantizar la seguridad dentro del perímetro de exclusión marítima establecido por las autoridades, pero hemos vivido también la misma incertidumbre que los habitantes del Valle de Aridane", explica el brigada mientras realiza las maniobras de salida del pantalán del puerto bagañete.
El agente comenta a EFE que a bordo de este buque han tenido que realizar, entre otras actividades, las mediciones de los gases cuando las coladas han tocado el mar, ayudando en ello a los científicos. Pero que su cometido principal es el de evitar que otras embarcaciones se acerquen a la zona de exclusión en la que hay diversos riesgos, como es la emanación de gases tóxicos. La tripulación de esta patrullera de la Guardia Civil consta de cuatro agentes que se van rotando cada 10 días.