¿Qué pedían los niños en Reyes en las diferentes épocas?

Regalos de ayer y hoy
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Para empezar, las cartas a los Reyes eran cartas. Manuscritas. Es decir, auténticas cartas, de esas que empezaban con un 'Queridos Reyes Magos' y avanzaban con una descripción más o menos precisa de lo bien que nos habíamos portado, de nuestras virtudes (siempre un poco exageradas) y de nuestros propósitos se seguir siendo buenos. Pero, ay, el arte de contar, y contarnos, está, como sabemos cada vez más alejado de nuestra realidad y por eso ahora la famosa carta se ha convertido en poco más que una lista de Amazon.

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Pero descuida, no es nuestra intención, lector, empezar el año con una nota amarga, sino con un recuento más bien nostálgico de cómo han cambiado los regados que pedían los niños (que fuimos) a lo largo de las décadas.

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Muñecas, balones y bicicletas

Muchos recordamos aún nuestras primeras cartas a los Reyes con el sueño de la muñeca que llora o el balón con la imagen de Naranjito. La muñeca y el balón -propios de la normatividad de género binario, diríamos hoy- fueron los verdaderos reyes de los regalos desde las primeras décadas del siglo pasado y durante la posguerra. Después vendrían las coches con pedales, las bicicletas, los cabás para ir al cole y los Madelman. Pero lo cierto es que la muñeca y el balón persisten ahora, y mientras las primeras han pasado de las (hoy algo aterradoras) figuras de porcelana a toda la cultura Barbie, las pelotas del Madrid o el Barça, ya no te duran años, como antes, sino que parecen cada vez más descartables.

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Mortadelos, Scalextrics y Ataris

Con el paso del tiempo, fueron proliferando en la carta a sus majestades los libros y cómics. Así no eran pocos los niños que pedían colecciones de cuentos o incluso de historietas como las del gran Francisco Ibáñez o Purita Campos. Aunque la llegada de 'lo eléctrico' iniciaría un camino vertiginoso. Y entre esos sueños eléctricos el Scalextric ha reinado desde entonces... hasta nuestros días. De hecho, recientes reportajes aseguran que dos artículos vintage, el Scalextric y los juegos de bolígrafos (personalizables) han triunfado en estas fiestas.

Sin embargo, no fue hasta la incursión de los videojuegos, allá por los lejanos 80, que se alcanzaría un punto de no retorno. Y el Atari 2600 fue, digamos, nuestra primera aproximación a ese universo y fue el objeto de deseo muchos niños y jóvenes de aquella época. “Space Invaders” era lo más.

Móviles, tablets y la Switch

Así llegamos, lector, a este páramo virtual en el que los niños de 9 ya anhelan los móviles que los de 12 dan por obsoletos. Pasamos de los 'tamagochi' a la Nintendo casi sin solución de continuidad. No hay vuelta atrás para el aluvión digital y quien más y quien menos regala una consola al niño ("todos sus amigos la tienen", "le puedes instalar controles parentales", "hay juegos que son educativos", etc.) con la esperanza de criar un gamer sano o, por lo menos, de no perderlos en el intento.

Así las cosas, no deberíamos sorprendernos de que sus tecnológicas Majestades vengan cargadas de gadgets este año. Y ya saben, con fecha de caducidad.