Daniel Sánchez Caro o cómo vestir elegante a los 50: "Ni ropa apretada ni estridencias"

Es la década idónea para que el hombre defina un estilo propio y favorecedor
No es fácil desprenderse de ciertas prendas, pero no queda más remedio si se trata de lucir con encanto
El sastre de aristócratas y reyes comparte algunas máximas para actualizar nuestros outfits ahora que toca cambio de armario
Al cumplir los 50, el hombre se mira más al espejo, aunque a veces le cueste reconocerse. No le desconcierta la edad, sino la necesidad de ajustarse a ella. De repente, se ve en tierra de nadie. Ni chaval ni mayor, sino una encantadora madurez. ¿Cómo vestir sin desentonar? ¿Cómo adaptarse a los 50 sin dejar de ser uno mismo? ¿Es necesario preguntarse todo esto? Evidentemente, sí. Cambian los cuerpos, los talles e incluso los tiempos. Es, sin duda, la etapa idónea para dar con un estilo propio y descubrir qué favorece realmente.
Los 50 imponen revisar colores, texturas y cortes, pero siguiendo la regla número uno: alejarse de la imagen de "señor mayor" y de hombre sin biografía. Es un alivio ver a sesentones como Brad Pitt, George Clooney o Antonio Banderas. Es verdad que algo tendrá que ver la genética, pero sirven como referentes para constatar que es posible cumplir muchos años y lucir un estilo elegante y al mismo tiempo atractivo y fresco. Solamente hay que dar con él y aprender a dominarlo.

La opinión del experto
Hemos pedido consejo a Daniel Sánchez Caro, sastre descendiente de la saga Sánchez Caro, que fueron proveedores de la familia real en el siglo XIX. Daniel abrió su propio taller en 2005, en el corazón del barrio madrileño de Chamberí, y, aunque no da nombres de sus clientes, por su sastrería pasan desde ministros y empresarios de renombre hasta aristócratas y reyes, como Felipe VI. Si tiramos de hemeroteca, vemos nombres como Fernando Fitz-James, duque de Huéscar, Cayetano Martínez de Irujo y otros hombres de la Casa de Alba.

¿Quién mejor que él para ayudarnos a encontrar el corte y el estilo más favorecedor con prendas que nos hagan sentir bien y definan nuestra auténtica personalidad? Sánchez Caro comienza esta lección de estilo enviando al destierro algunas piezas. Por ejemplo, las camisetas, cuando quieres vestir elegante. "Nunca, en ninguna de sus versiones", dice. El mismo consejo aplica a los pantalones de talle bajo apretados y estrechos. "En general, la ropa apretada y estrecha no es elegante, y menos para la gente mayor".
Hay que ser muy prudentes con la tendencia conocida como slim fit. Si bien puede realzar la silueta masculina, no siempre resulta elegante ni brinda el deseado aspecto estilizado. Hablamos de vestir elegante, no de ir ceñido para medir quién rindió más en el gimnasio o a quién le sentaron mejor los anabolizantes.
Vestir casual no justifica descuidar nuestra vestimenta, sino combinar con gusto la formalidad y una imagen relajada. Ahora que en el entorno laboral se han relajado los códigos, resulta más interesante que nunca aprender algunas máximas e ir acertado en cada ocasión. Una de las prendas infalibles que aconseja Sánchez Caro es la chaqueta sastre sport: "En cualquiera de sus versiones y tejidos (cruzadas, 6-4 botones, 1 fila de 2-3 botones). Bajo la chaqueta se usarán siempre prendas con cuello (boton down o normal), y siempre, manga larga".
El diseñador y modelo T.R. Pescod puede inspirar alguna idea.
Si nos fijamos en los catálogos de moda masculina o en el street style, uno de los aliados más comunes del hombre es el polo. Es una prenda muy versátil y presente en una amplia gama de colores y texturas. De nuevo, puede servir para dar un paso más en nuestro estilo o caer en el desaliño absoluto. ¿Qué puede decirnos nuestro experto? "Los polos o prendas de manga corta han de usarse siempre sin chaqueta y ser llevados por dentro del pantalón. Si se llevan por fuera, únicamente en ocasiones muy sport".
Priorizar la calidad sobre la cantidad
Merece la pena invertir en calidad y los 50 son la excusa perfecta para regalarnos esa prenda que siempre quisimos tener y que va a marcar realmente la diferencia. Puede ser una chaqueta clásica o de lino impecable que quedará perfecta. O un traje de dos piezas hecho a medida que favorezca la figura. Sentará de maravilla y aguantará en el armario varias temporadas.
En cuanto a la ropa de alta sastrería, Sánchez Caro nos explica que es muy similar desde hace muchos años. "Pequeñas modificaciones en los anchos de la solapa, anchos de los hombros, largos y tamaño de las aberturas, pero como norma básica evitaremos las exageraciones o estridencias, como podrían ser solapas demasiado anchas o estrechas prendas muy largas o cortas etc.".
Accesorios: huir del exceso
No podemos pasar por alto los complementos. Son clave para elevar los outfits, aportar un toque cool, potenciar tu imagen y mostrar tu personalidad de una manera inteligente. Pero lo mejor es apostar por la sutileza. Un cinturón de cuero, una bufanda de lana merina, unas zapatillas de blanco impecable o un par de zapatos sencillos, cómodos y de calidad, que cuiden tus pies.
El sentido de la estética de Sánchez Caro le lleva a repetir una de las sentencias más imperecederas de Coco Chanel: "Menos es más". En ella radica la esencia de la elegancia. "Cuantos menos accesorios, más elegancia. Únicamente un pañuelo en el bolsillo de pecho, pero sin estridencias".