Llevar gorra después de los 50: ¿falta de estilo o accesorio imprescindible?

Llevar gorra después de los 50 años, ¿sí o no?
  • Muchas personas redefinen algunas prioridades en su vida cuando cumplen los 50

  • La gorra es mucho más que un complemento porque llevarla puede tener un componente psicológico

  • ¿Cómo lavar las gorras sin deformarlas?

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MadridConforme cumplimos años los gustos van evolucionando, las cosas que durante la juventud parecían apropiadas en ocasiones dejan de serlo, ¿o no es así? No es sencillo saber si es una buena idea continuar llevando corra una vez pasados los 50 años, un complemento que normalmente se asocia con los más jóvenes, pero esto no parece una ley que sea necesario cumplir si sentimos que es un complemento imprescindible. 

Señalar los cincuenta como una edad clave no es baladí, es una fecha señalada por muchos motivos, pero principalmente porque es una edad que ofrece la posibilidad de redefinir algunas prioridades en la vida. Se da una mayor importancia a aspectos como la calidad de vida, las relaciones personales o la búsqueda de calma y paz interior. También puede ser un buen momento para redefinir nuestro estilo, ¿gorras sí o gorras no?

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Llevar gorra después de los 50: ¿falta de estilo o accesorio imprescindible?

Aunque parezca un simple complemento, la gorra es mucho más que eso porque llevarla puede tener un componente psicológico que expertos como la psicóloga Karen Pine han analizado, llegando a la conclusión de que ponerse una gorra puede ser una manera de brindar seguridad a quien la lleva, una suerte de protección emocional que también proporciona anonimato, siendo una barrera simbólica ante el entorno. 

Esta experta, autora de Mind What You Wear: the Psychology of Fashion, asegura que este complemento también puede servir como expresión de identidad, para reflejar pertenencia a un grupo social o cultural, tal y como sucede con los aficionados a los deportes. También destaca la posibilidad de que sea empleada como signo de estatus social, pues es una forma de mostrar la clase social a la que se pertenece, porque existen gorras de todos los precios y algunas de marcas de lujo. 

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Más allá de lo que podamos querer decir o conseguir con la gorra, lo que conviene dejar claro es que no existe una edad límite, ni para comenzar a llevarla, ni para dejar de hacerlo. No obstante, se puede considerar que, pasados los 30, no es tan habitual encontrar el contexto adecuado para lucirla, sobre todo si lo que se pretende es llevar un look más maduro y elegante. 

Esto no quiere decir que no pueda llevarse, como decimos, es más una cuestión de gustos y de contextos, aunque llevarla del revés o con una sudadera con capucha puede dar una imagen que no es la que se busca. Por supuesto, los expertos parecen de acuerdo en señalar que hay contextos en los que una gorra es acertada e incluso recomendable, como un evento deportivo o una actividad al aire libre donde, además, cumple con su función de proteger de los efectos del sol. 

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Así, la norma parece clara, siempre que sea un complemento que nos guste y la situación sea la adecuada, no hay edad para dejar de usar este elemento, siempre y cuando al mirarnos al espejo el reflejo nos devuelva lo que queremos ver, si no nos sentimos cómodos luciéndola, es mejor renunciar a ella.