Síntomas previos no obvios de que te está dando un golpe de calor a partir de los 50

Antes de un golpe de calor, el cuerpo suele enviar señales de advertencia; no siempre son llamativas pero reconocerlas a tiempo puede evitar complicaciones graves
En Uppers te mostramos los predictores no obvios de un golpe de calor en adultos sanos y cómo actuar cuando sucede, según expertos médicos
Cuando el calor aprieta, nuestra salud también se resiente. A medida que cumplimos años, nuestro cuerpo responde de forma distinta a las altas temperaturas. Lo que antes era solo una molestia, ahora puede convertirse en un problema serio si no tomamos precauciones. Y no hablamos solo de cansancio o sudor: el calor intenso y sostenido puede afectar al organismo de forma silenciosa y rápida, provocando desde confusión mental o deshidratación hasta un golpe de calor, una urgencia médica que puede tener consecuencias graves e incluso provocar la muerte.

De hecho, según un informe del Ministerio de Sanidad, 2024 fue el sexto año más letal desde 2015, con 2.020 fallecimientos relacionados con el calor, el 90% de ellos en personas mayores de 75 años. De todos estos casos, 17 personas murieron directamente por un golpe de calor. Por ello es importante saber cómo reacciona nuestro cuerpo en plena ola de calor y las señales tempranas de alarma que puede estar dando antes de que sea demasiado tarde ya que cualquier persona puede sufrirlo.
¿Qué es un golpe de calor?
Un golpe de calor consiste en una elevación excesiva de la temperatura corporal tras la exposición a altas temperaturas, una alteración térmica que puede generar consecuencias graves si no se detecta a tiempo. Para evitar que se produzcan estos episodios, es fundamental evitar la exposición solar directa y tratar de mantenerse hidratado a pesar de no tener sensación de sed ya que el mecanismo de autorregulación de temperatura del cuerpo no es capaz de gestionarse solo.
A mayores, conviene tener en cuenta las señales tempranas que comienza a dar nuestro cuerpo cuando es inminente que vamos a sufrir un golpe de calor ya que reconocerlas a tiempo puede evitar complicaciones graves e irreversibles.
Síntomas previos no obvios
Ana Tapias, médica del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Hospital Gregorio Marañón, nos ha descrito los signos tempranos que actúan como predictores de un golpe de calor en personas adultas. Identificarlos con antelación y tomar medidas adecuadas es fundamental para evitar males mayores. Son los que siguen:
- Confusión
- Visión borrosa
- Mareos
- Náuseas
- Piel muy seca (a pesar de que debería estar húmeda por la sudoración)
- Fiebre alta
- Debilidad física
- Cansancio
- Dolor de cabeza
- Calambres musculares
Qué hacer ante un golpe de calor
Ante un golpe de calor, desde el hospital recomiendan contactar con los servicios de emergencia y trasladar a la persona afectada a un espacio donde no reciba luz solar directa y tratar de rebajar su temperatura corporal hidratándola, abanicándola, retirándole la ropa innecesaria y aplicándole paños húmedos por zonas como la cara, el cuello, la nuca y la parte superior del tórax. En el caso de que la persona haya perdido la conciencia, se le debe colocar en posición lateral de seguridad y contactar de inmediato con los servicios de emergencia.
¿Cómo afecta el calor a nuestro cuerpo?
El calor extremo no solo es incómodo. Como vemos también puede ser peligroso para nuestra salud, sobre todo si va acompañado de altos niveles de radiación solar, como ocurre estos días. Nuestro cuerpo está diseñado para mantener una temperatura interna constante, alrededor de los 37 ºC, sin importar si en el exterior hace frío o calor. A esto se le llama ser un organismo homeotermo. Pero cuando pasamos demasiado tiempo expuestos a temperaturas muy altas, ese equilibrio se rompe: la temperatura corporal puede subir hasta los 40 ºC o más. Y ahí es cuando comienzan los problemas.
Con esa subida, el cuerpo deja de funcionar con normalidad. El sistema nervioso, las hormonas, e incluso el metabolismo empiezan a alterarse. Para defenderse, el organismo activa su sistema de enfriamiento: el sudor. Al sudar, eliminamos calor. Y cuando ese sudor se evapora en la piel, nos ayuda a enfriarnos. Por eso, cuanto más calor hace, más sudamos. Pero si este mecanismo falla —porque hay demasiada humedad, no bebemos suficiente agua o seguimos al sol— el riesgo de golpe de calor aumenta peligrosamente.
Además, es necesario prestar especial atención a "personas con patologías crónicas, por ejemplo, de corazón, riñón o diabetes y personas mayores, quienes presentan una disminución en la necesidad de beber", ha añadido Karina Rodríguez, también médica del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Gregorio Marañón.